MONTREAL – Se espera que las discusiones entre Justin Trudeau y Joe Biden sean “laboriosas” durante la visita del presidente estadounidense a Ottawa, los días 23 y 24 de marzo, principalmente en relación a las relaciones económicas y la migración irregular entre las dos naciones.
Si los líderes tienen la intención de aumentar su cooperación en las áreas de defensa y seguridad, acción climática e inmigración, ciertos temas podrían llevar a un callejón sin salida, cree Charles-Philippe David, especialmente porque “la lista de compras es muy larga”.
“Cuantos más sujetos haya, menos espectaculares o significativos serán los resultados de estos encuentros. (…) Al menos dos temas deberían estar muy arriba en la lista de sus discusiones, a saber, los temas de seguridad, pero también todo lo que está pasando, desde Ucrania hasta el Ártico, con la remilitarización del sistema internacional”, dice en una entrevista el presidente del US Observatory y fundador de la Cátedra Raoul-Dandurand de la UQAM.
La mayor militarización de las aguas del Ártico también estará en el centro de las negociaciones, ya que el territorio representa una “enorme” oportunidad comercial para los países que bordean ese océano y permite el tránsito de buques de guerra, como submarinos.
“Creo que en el contexto de la guerra en Ucrania, Rusia no rehuirá la oportunidad de utilizar estas aguas para proyectar también su poder. (…) Involucra a muchos países: muchas naciones europeas, Rusia, Canadá, Estados Unidos e incluso China. Todas las grandes potencias están involucradas, básicamente, en la gestión del Ártico”, especifica David.
Dijo que la modernización del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) se abordará más a nivel junior.
“Después de que el famoso globo chino pasara sobre el territorio de NORAD, está claro que habrá grandes discusiones entre los ministros de defensa y altos funcionarios. (…) La modernización garantizará que no solo se proteja el techo de la casa, sino también las ventanas. Y el globo pasaba por las ventanas”, subraya el experto, y añade que el NORAD tuvo, durante mucho tiempo, “límites e insuficiencias” para detectar la presencia de objetos a baja altura.
En el frente económico, las negociaciones pueden tornarse tensas debido a la rigidez de Joe Biden con respecto a la Buy American Act, cuyas medidas proteccionistas están debilitando las cadenas productivas norteamericanas.
“Creo que Biden nos mostrará una vez más que está preocupado, con la Ley Compre Estadounidense, por salvaguardar las industrias estadounidenses tanto como sea posible y protegerlas de los cierres y el desempleo. (…) El predominio del proteccionismo hace que las discusiones económicas, comerciales y ambientales estén, lamentablemente, subordinadas, y esta es una nueva realidad con la que tenemos que lidiar con la presidencia de Trump”, subraya David.
El primer ministro canadiense también intentará obtener “concesiones” sobre determinados bienes y servicios que pueden verse perjudicados por este tipo de políticas, añade el experto.
Desacuerdo sobre Acuerdo de Tercer País Seguro
La inmigración será la tercera prioridad, un tema “mucho más político” que generará discusiones “laboriosas”.
“La agenda del presidente de Estados Unidos no es la misma que la del primer ministro de Canadá. [Justin Trudeau] quiere que se cancele el Tercer Acuerdo de País Seguro y así se resuelva el problema de Roxham Road, mientras que el presidente quisiera exactamente lo contrario con México”, argumenta Charles-Philippe David.
Firmado en 2002 entre Canadá y Estados Unidos, el Acuerdo de Tercer País Seguro obliga a los refugiados potenciales a presentar su solicitud de asilo en el primer país seguro al que lleguen.
Según el Gobierno de Canadá, “Los países que respetan los derechos humanos y ofrecen fuertes protecciones a los solicitantes de asilo pueden ser designados como terceros países seguros”. Hasta la fecha, solo Estados Unidos ha sido reconocido como tal en virtud de la Ley de Inmigración y Protección de Refugiados.
El presidente estadounidense, sin embargo, quiere que México asuma más responsabilidad en las solicitudes de asilo y que el acuerdo se aplique también a su vecino del sur, que no es considerado un tercer país seguro.
La reciente abolición de la política del Título 42, que permitía la deportación de migrantes que intentaban ingresar a Estados Unidos a través de la frontera con México, también ha acentuado la crisis migratoria entre los dos países desde diciembre de 2022.
“Me queda muy claro que si Joe Biden termina este acuerdo, no necesariamente significa que no querrá uno con México”, especifica el investigador.
Con estas “lógicas contradictorias”, no sería de extrañar que los jefes de Estado se encontraran ante una “forma de impasse” en relación a este expediente, añade.
El encuentro entre los dos líderes es significativo, ya que es la primera vez desde Bill Clinton, en la década de 1990, que un presidente estadounidense se queda a dormir en Ottawa. También pronunciará un discurso el 24 de marzo ante el Parlamento.
“Joe Biden no está haciendo una visita apresurada, sino una verdadera visita de jefe de estado a Canadá. (…) Su discurso es sin duda un punto culminante de esta visita, donde defenderá su idea de que la democracia está siendo atacada, que hay que defenderla y que es una lucha entre países democráticos y países autoritarios que se vive actualmente en el ‘ planeta a escala’, concluye el presidente del Observatorio en Estados Unidos.
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Este artículo fue producido con el apoyo financiero de Meta Fellowships y The Canadian Press for News.
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