Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa de los Estados Unidos, George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos, y Richard Cheney, Vicepresidente, durante la Revisión de Honor de las Fuerzas Armadas, el 15 de diciembre de 2006, en Washington. Larry Downing/REUTERS
HISTORIA – Decidida hace veinte años por George W. Bush bajo la influencia de los neoconservadores, la invasión de Irak resultó ser un colosal error geopolítico que dañó gravemente la credibilidad internacional de Estados Unidos y socavó su política interna.
Corresponsal en Washington
En marzo de 2003, Estados Unidos invadió Irak en una operación con objetivos mal definidos y justificaciones dudosas. Después de una rápida victoria militar, esta expedición se convirtió en un desastre estratégico en cuestión de meses, del que los estadounidenses tardaron años en recuperarse. Veinte años después, las consecuencias de ese conflicto siguen siendo significativas.
Los historiadores todavía debaten las razones subyacentes de esta guerra decidida por el equipo de George W. Bush. Todo el mundo está de acuerdo en que la invasión de Irak en 2003 fue totalmente prevenible. La conjunción de eventos también sigue siendo casi inverosímil veinte años después: el regreso a los negocios de los colaboradores de George HW Bush padre, en particular Dick Cheney y Donald Rumsfeld, frustrados por su victoria durante la primera Guerra del Golfo diez años antes; la tragedia del 11 de septiembre de 2001, que les dio la oportunidad de culminar esta operación inconclusa; las frustraciones de un país en llamas…
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