Un incendio forestal masivo en el estado estadounidense de Oregón continuó devorando árboles y cubriendo la región con un humo espeso, alterando la calidad del aire, dijeron funcionarios locales el martes.
Este es solo uno de los muchos incendios que asolan partes del oeste de Estados Unidos, asolado por las secuelas de una larga sequía.
El “incendio Cedar Creek”, causado por un rayo el 1 de agosto en un área de difícil acceso, destruyó casi 37.500 hectáreas en Oregón y actualmente no estaba bajo control, según la última actualización de los funcionarios.
“El humo continúa creando una mala calidad del aire, que probablemente continuará durante varios días”, dijeron.
“El martes los bomberos seguirán mejorando y preparando las vías que actuarán como línea de contención”, agregaron.
La lluvia ligera tuvo un impacto positivo en la propagación del fuego, que se cuadriplicó en tamaño en unos pocos días, y la caída de las temperaturas en los próximos días debería ayudar a frenar su avance, predicen las autoridades.
Más de 2.000 viviendas y 400 edificios comerciales siguen amenazados por el fuego, pero las autoridades han reducido el nivel de alerta de su plan de evacuación de 3 a 2 en determinadas zonas.
Cientos de residentes ya han recibido órdenes de evacuación y las autoridades han alertado a miles más para que se preparen para seguirlos si es necesario.
Otro incendio, el “Double Creek Fire”, ha devastado el noroeste de Oregón desde el 30 de agosto y ha destruido más de 62.000 hectáreas de bosque.
El oeste americano está sufriendo las consecuencias de más de dos décadas de devastadora sequía, exacerbada por el cambio climático. Más de 90 incendios están activos en varios estados del oeste de los Estados Unidos.
Los bomberos luchan en particular contra el “Fairview Fire” en las afueras de Los Ángeles y el “Mosquito Fire” en los alrededores de Sacramento.
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