Una nueva teoría para explicar el silencio de radio de las civilizaciones extraterrestres
Los investigadores están constantemente descubriendo planetas extrasolares. Algunos pueden parecerse a la Tierra. E incluso orbitan en regiones favorables al desarrollo de la vida. Sin embargo, todavía no han registrado ninguna señal de vida extraterrestre. ¿Un silencio que debería hacernos entender que estamos solos?
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Los astrónomos han estado escuchando durante más de 60 años. Desde la década de 1960 iniciaron el programa Seti (Búsqueda de inteligencia extraterrestre), asumiendo que las civilizaciones extraterrestres podrían usar sistemas de telecomunicaciones similares a los nuestros y enviar, voluntariamente o no, señales detectables al espacio. Pero aquí estamos en 2023 y… ¡nada! Los investigadores aún no han capturado ninguna señal de radio de origen extraterrestre.
Abundan las teorías para explicar este silencio. Desde las que evocan falta de sensibilidad de nuestros detectores o simplemente, antenas desviadas hasta la que, por supuesto, quisiera que finalmente estuviéramos bien y verdaderamente solos en este inmenso Universo -o al menos en nuestra pequeña región de la Vía Láctea-. Forma. Pero uno Análisis estadístico realizadas a lo largo de estos 60 años de silencio permiten hoy a un investigador proponer una nueva teoría: la teoría del “la burbuja”.
En un Comunicado de prensa de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), Claudio Grimaldi, investigador del Laboratorio de Biofísica Estadística, sugiere, para entender, considerar nuestra Galaxia como una esponja. “Podemos comparar la materia sólida de la esponja con las señales electromagnéticas que irradian esféricamente desde un planeta que alberga vida extraterrestre en el espacio”, avanza el investigador. Los agujeros en la esponja corresponden entonces a regiones donde no circula ninguna señal. Y nuestra Tierra podría estar precisamente en este momento y durante al menos 60 años… en uno de estos agujeros.
“Imagine que tuviéramos la desgracia de aprender a usar radiotelescopios que pasan por una región del espacio donde las señales electromagnéticas de otras civilizaciones están ausentes. Esta suposición me parece menos excesiva que la de que estamos constantemente bombardeados con señales desde todas las direcciones pero que, por alguna razón indeterminada, somos incapaces de detectarlas.comenta Claudio Grimaldi.
En base a esta hipótesis, las estadísticas y las herramientas matemáticas desarrolladas para estudiar los materiales porosos muestran que hay menos de cinco emisiones de señales electromagnéticas de origen tecnológico por siglo en nuestra Vía Láctea. “Es tan raro como las supernovas en nuestra Galaxia”, dice el investigador. Así que, en el mejor de los casos, tendríamos que esperar más de 60 años para que uno de ellos llegara a nuestro planeta. En el peor de los casos, tardaría unos 2.000 años. Y eso todavía no significa que nuestras antenas lo detectarían…
“No sabemos dónde mirar”
“La verdad es que no sabemos dónde mirar, ni en qué frecuencias, ni en qué longitudes de onda”, concluye Claudio Grimaldi. Para finalmente detectar signos tecnológicos -firmas tecnológicas, dicen los expertos-, la mejor estrategia puede ser optimizar el uso de los recursos disponibles, “Busque sistemáticamente datos de otros estudios astrofísicos, como los destinados a detectar emisiones de radio de otras estrellas o galaxias, para ver si contienen tales señales tecnológicas. »
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