Un robot blando, observando el entorno.

El sistema infla y desinfla pequeños globos colocados en la base de las alas, haciéndolos golpear. La propulsión es proporcionada por aire enviado a las alas delanteras y luego expulsado por la parte trasera del robot. La velocidad, por tanto, depende de la presión del aire.

Información sobre el estado del agua

Al igual que la libélula, el pequeño robot puede deslizarse por la superficie del agua en pleno vuelo. Sin embargo, los investigadores hicieron que el dispositivo reaccionara al pH inyectando un hidrogel especial en las ranuras que cruzan las dos alas. De modo que en contacto con agua muy ácida, las alas se fusionan y el Drabot ya no puede volar en línea recta, comienza a girar en círculos. Las alas se retraen en el agua que se ha vuelto neutral nuevamente. Otra característica interesante para monitorear entornos: el color del robot cambia de rojo a amarillo cuando aumenta la temperatura del agua. Finalmente, los microporos hidrofóbicos colocados debajo de las alas y el abdomen permiten la absorción de los aceites que puedan estar presentes en la superficie del agua. Así, DraBot proporciona información visual y en tiempo real sobre el estado del agua, gracias a su comportamiento.