Tormenta de arena y contaminación: cóctel sofocante en Beijing
El pequinés se despertó el lunes con una espesa niebla amarillenta, cuando la capital china fue azotada por una espectacular tormenta de arena, que agravó la contaminación provocada por el hombre.
La combinación de los dos fenómenos produjo un cóctel peligroso para la salud y redujo la visibilidad a unos cientos de metros.
El municipio suspendió todas las actividades deportivas al aire libre en las escuelas y recomendó a las personas con problemas respiratorios que no abandonaran sus hogares.
Con la cabeza bien vendada, la mayoría de los residentes se fueron a trabajar, pero algunos se protegieron con gafas.
Apenas existían edificios emblemáticos en la ciudad, como la sede de la televisión nacional, cuya cumbre (234 metros) desaparecía tras un velo de niebla.
En la red social Weibo, el tema fue ampliamente discutido por los internautas. “Esta tormenta de arena naranja adquiere la apariencia del fin del mundo”, dijo un usuario.
Las tormentas de polvo en el desierto de Gobi son frecuentes en la primavera en el norte de China, pero los residentes de Beijing no han visto cielos tan pesados en años.
La calidad del aire fue considerada “peligrosa” por el sitio web especializado aqicn.org. El nivel de partículas PM10 alcanzó el límite de 999 en las primeras horas de la mañana, un índice casi veinte veces superior a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La cantidad de partículas PM2.5 aún más dañinas fue de 567, un nivel que rara vez se alcanzó en los últimos años en Beijing.
Los episodios de contaminación extrema se han vuelto raros en los últimos años en la capital china, y la lucha contra la contaminación se ha convertido en un problema importante para el país.
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