Superar los 1,5 °C de calentamiento podría desencadenar puntos de inflexión climáticos
El calentamiento global por encima de 1,5 °C, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, podría desencadenar varios “puntos de inflexión” climáticos que desencadenarían reacciones en cadena catastróficas, según un estudio publicado el jueves en la revista Science.
Y las temperaturas actuales, que ya están en aumento, amenazan con desencadenar cinco puntos de inflexión de este tipo, incluidos los relacionados con los casquetes polares de la Antártida y Groenlandia, advierten los autores del estudio, quienes creen, sin embargo, que no es demasiado tarde para actuar.
“Para mí, va a cambiar la faz del mundo, literalmente, si lo miras desde el espacio”, con el aumento del nivel del mar o la destrucción de los bosques, dijo a la AFP Tim Lenton, uno de los autores principales del estudio.
Firmó la primera publicación importante sobre el tema en 2008.
Un “punto de inflexión” es “un umbral crítico más allá del cual un sistema se reorganiza, a menudo de manera brutal y/o irreversible”, según lo define el Panel de Expertos en Clima de la ONU (IPCC). Son fenómenos que, de manera independiente e inevitable, desencadenan otras consecuencias en cascada.
Si los análisis iniciales estimaron su umbral de activación en un rango de 3 a 5 °C de calentamiento, el progreso en las observaciones y modelos climáticos, así como la reconstrucción de climas pasados, ha reducido drásticamente esa evaluación.
El estudio publicado en Science es una síntesis de más de 200 publicaciones científicas, realizado con el objetivo de predecir mejor los umbrales de activación de estos puntos de quiebre.
Los autores identifican nueve “puntos de inflexión” principales a nivel planetario y siete a nivel regional, 16 en total.
Entre ellos, cinco pueden ser provocados por las temperaturas actuales, que han aumentado casi 1,2 °C de media desde la era preindustrial: la de los casquetes polares de la Antártida y Groenlandia, un deshielo repentino del permafrost, el cese de una transferencia de calor en el Mar de Labrador y la extinción de los arrecifes de coral.
Con un calentamiento de 1,5°C, cuatro puntos más pasan de la categoría de “posible” a “probable”, y otros cinco pasan a ser “posibles”, según el estudio.
– “Punto de inflexión sociológico” –
Para los casquetes polares de la Antártida Occidental y Groenlandia, cruzar el punto de inflexión estimado por los científicos contribuiría, durante cientos de años, a un aumento del nivel del mar de 10 metros, detalla Tim Lenton, de la Universidad Británica de Exeter.
Si la destrucción de los arrecifes de coral ya ha comenzado, el aumento de las temperaturas podría hacer que esta destrucción sea permanente y afectar así a los 500 millones de seres humanos que dependen de ella.
En el mar de Labrador, se puede interrumpir un fenómeno de intercambio de calor (o convección) que trae aire cálido a Europa, lo que da como resultado inviernos más fríos, como los que experimentó el continente durante la Pequeña Edad de Hielo.
El deshielo acelerado del permafrost liberaría cantidades masivas de gases de efecto invernadero y cambiaría profundamente los paisajes en Rusia, Canadá y Escandinavia.
Con un calentamiento de 1,5 °C, se interrumpiría una gran corriente oceánica en el Atlántico (el AMOC), y a 2 °C sería el caso de los monzones en África occidental y el Sahel y en el bosque. luego se convierte en sabana.
Estos efectos devastadores dependen de la duración del calentamiento, explica el autor principal del estudio, David Armstrong McKay: si la temperatura de 1,5°C se estabiliza durante 50 o 60 años, el planeta sufrirá las peores consecuencias.
Pero estos “puntos de inflexión” harán poco para empeorar el calentamiento en sí mismo, agrega, creyendo que la humanidad aún puede limitar el daño para el futuro. “Siempre vale la pena reducir nuestras emisiones lo más rápido posible”, argumenta el científico.
Tim Lenton, uno de los principales expertos mundiales en el tema, quiere creer que este concepto de disrupción puede traducirse de manera más positiva en la lucha contra la crisis climática, como un “punto de inflexión sociológico” que incita a la acción.
“Así es como me levanto por la mañana”, explica. “¿Podemos cambiar, transformar nuestras formas de vida? Pensar sistémicamente, con esta idea de punto de quiebre, nos da un rayo de esperanza”.
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