“Respirar mata”: manifestación contra la contaminación del aire en Marsella
“Respirar mata”: detrás de este eslogan, cien personas se manifestaron el sábado en Marsella contra la contaminación del aire, en particular llamando a la Extinction Rebellion, denunciando un “sistema letal de la sociedad” que provocaría alrededor de 2.500 muertes prematuras todos los años en la ciudad.
A raíz de la “XR” y una quincena de colectivos de ciudadanos comprometidos en la lucha por la protección del medio ambiente, los manifestantes, reunidos en el Ayuntamiento, en Porto Velho, realizaron un “die in”, vestidos de negro y, a veces, equipados con gas. máscaras tiradas en el suelo para ilustrar las vidas humanas sacrificadas por la contaminación del aire.
“2.500 personas es como un pequeño barrio que desaparece cada año”, denunció +Nerf-Pique+, representante de Extinction Rebellion y Stop Cruises Collective, durante un discurso.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, Marsella supera con creces los límites reglamentarios en cuanto a emisiones de dióxido de nitrógeno, fijados en 40 µg/m3, con tasas medias anuales de 79 µg/m3.
Entre los manifestantes del sábado, muchos procedían de los barrios del norte de la ciudad, los más afectados por este problema, como Charles Chenut, presidente de Cap au Nord.
En cuanto a la contaminación por partículas finas, dijo, “se volaron todos los umbrales de la OMS en los distritos del norte”, cerca de muelles y astilleros de cruceros, pero también de las carreteras e industrias contaminantes.
La Agencia Regional de Salud ha reconocido en los últimos años “un entorno que favorece los riesgos para la salud” en estos barrios.
En la metrópolis de Marsella, las emisiones de óxidos de nitrógeno de fuentes marítimas -el 20% de las cuales se deben a los cruceros- superaron por primera vez las emisiones viales en 2018, según la organización AtmoSud.
Si ven una mejora en la electrificación de los muelles y el endurecimiento de las normas sobre las emisiones de azufre de los barcos, los activistas deploran “las estrategias de desvío de las empresas, que, por ejemplo, para seguir usando fuelóleo pesado, ponen filtros de partículas y así rechazar las emisiones al mar”, explica Chantal Rouet, del colectivo “Respirer tue”.
La acción del sábado reunió a movimientos muy diferentes, desde Greenpeace o Alternatiba hasta los comités vecinales de Marsella, y debería “tener un seguimiento”, dijo Marie-Blanche Chamoulaud, de la federación de CIQ (comités de intereses vecinales) del distrito 16.
“Cuando estás aislado, vas un poco en círculos, unirte te da la oportunidad de pensar diferente”, dijo con entusiasmo.
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