Polonia construye valla en la frontera con Bielorrusia
Polonia comenzó la construcción de una nueva valla en su frontera con Bielorrusia el martes (25 de enero) para bloquear la entrada de inmigrantes ilegales, lo que provocó una crisis entre Varsovia y Minsk el año pasado. Con una longitud de 186 km, casi la mitad de los 418 km de frontera, la barrera metálica de cinco metros y medio de altura costará unos 353 millones de euros y debería estar terminada en junio.
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El proyecto suscitó preocupaciones de los activistas ambientales y de derechos humanos. Los primeros temen que los migrantes que huyen de situaciones de conflicto no puedan solicitar asilo, y los segundos los efectos nocivos sobre la fauna y flora de la zona boscosa de la frontera. La Unión Europea apoyó a Polonia y criticó duramente a Bielorrusia. Por su parte, el Gobierno polaco rechazó la propuesta de Bruselas de involucrar a la agencia europea Frontex en la vigilancia de fronteras. Y aprobó una ley que permite que los inmigrantes ilegales sean devueltos sin esperar a que soliciten asilo.
«Nuestro objetivo es minimizar los daños.“Dijo la portavoz de los guardias fronterizos polacos Anna Michalska, citada por la agencia PAP. “La tala de árboles se limitará al mínimo indispensable. El muro se construirá a lo largo de la carretera fronteriza“, dijo, precisando que las empresas constructoras utilizarán exclusivamente las vías existentes.
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Decenas de migrantes murieron en la zona.
Miles de inmigrantes, principalmente de Oriente Medio, incluido el Kurdistán iraquí, Siria y Líbano, pero también de Afganistán, intentaron el año pasado cruzar la frontera polaca para llegar a territorio de la UE. Algunos tuvieron éxito y, en su mayor parte, continuaron su viaje hacia Europa Occidental.
Polonia y los países occidentales han acusado al régimen bielorruso de alentar, incluso orquestar y ayudar a este flujo de inmigrantes, prometiéndoles una fácil entrada a la UE. El gobierno del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, rechazó estas acusaciones y culpó a Polonia del trato inhumano a los migrantes. En el punto álgido de la crisis, Polonia creó una zona fronteriza especial cerrada a las ONG humanitarias y los medios de comunicación, construyó barreras de alambre de púas y envió varios miles de soldados para ayudar a los guardias fronterizos. Estos recibieron la orden de empujar a los migrantes de regreso al territorio bielorruso.
Estas medidas, y la muerte por frío o inanición de una decena de inmigrantes en los bosques polacos, desató un animado debate en Polonia entre defensores de la defensa de la frontera nacional, que es también la de la UE, y defensores de los derechos humanos. Estos últimos reclaman para los migrantes el derecho a solicitar asilo ya no ser denegado mientras se espera el examen de dicha solicitud. Los guardias fronterizos dijeron el martes que habían registrado 17 entradas ilegales en las últimas 24 horas. Un grupo de 14 personas -11 iraníes, dos libaneses y un sirio- “cortó la cerca de alambre de púas y entró en Polonia“, indicaron los guardias fronterizos en su cuenta de Twitter. Otro grupo, incluidos tres ghaneses, fue arrestado en otro lugar de la frontera.
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