Plan de reforestación de AMLO aclamado por los pobres pero criticado por los ambientalistas
reporte“Sembrando vida”, el programa insignia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llega a 440.000 beneficiarios en las zonas rurales del país.
Jadeando, Rosalina Sánchez excava su terreno escarpado, ubicado en las montañas del estado de Chiapas, en el sur de México. Esta humilde campesina, con sandalias gastadas y Camiseta con un agujero en la espalda, está feliz de dejar de criar dos vacas flacas para plantar 3.300 árboles de café, aguacate y cedro. Rosalina, de 57 años, rostro marchito de una vida de miseria, nunca había recibido ayudas públicas. Ella es ahora una de las 440.000 beneficiarios del programa insignia del presidente reformista de centroizquierda Andrés Manuel López Obrador (“AMLO”), quien ha hecho de la lucha contra la pobreza su caballo de batalla.
Llamado “Sembrando Vida”, este mega plan agroforestal tiene como objetivo reactivar la economía rural, al tiempo que limita el impacto del calentamiento global a través de la reforestación. Se han plantado más de un millón de hectáreas de árboles frutales y madera desde su lanzamiento en 2019, en veinte estados mexicanos. El ambicioso programa, a la vez social, económico y ecológico, provoca, sin embargo, el clamor de los defensores del medio ambiente, quienes están preocupados por los efectos perversos de un plan de escala sin precedentes en el futuro, incierto, que paradójicamente conduce a la deforestación y agrava corrupción.
A 1.300 metros sobre el nivel del mar, la cabeza de Rosalina está casi en las nubes. La niebla persistente envuelve la exuberante vegetación que declina toda la paleta de verdes, alrededor del pueblo José Maria Morelos. “Ahora me pagan mensualmente por cultivar mi modesta tierra. Gracias “AMLO“ ! » Nunca un presidente mexicano había dedicado tantos recursos en tan poco tiempo a campañas y reforestación.
“AMLO” invirtió allí 2.800 millones de euros durante tres años, mientras que casi uno de cada dos mexicanos es pobre. Chiapas sigue siendo el estado más afectado: más de siete de cada diez habitantes, en su mayoría indígenas, se encuentran en la indigencia. El programa está dirigido principalmente a ellos. Los beneficiarios deben poseer 2,5 hectáreas de pastos o tierras abandonadas. Cada uno recibe 5.000 pesos (209 euros) al mes, incluidos 4.500 pesos en una tarjeta bancaria específica y los 500 pesos restantes colocados en un fondo de ahorro.
“Eso es mucho dinero para las personas que normalmente viven con la mitad de esa cantidad”., enfatiza Manuel Ochoa, coordinador regional de “Sembrando Vida” en el norte de Chiapas. Al volante de una polvorienta camioneta 4×4, este agrónomo cuarentón señala con el dedo las inmensas superficies deforestadas que desfiguran las laderas de las verdes montañas. El país es uno de los más afectados por la deforestación del planeta: cada año desaparecen 128.000 hectáreas de bosque y selva, según el Ministerio de Medio Ambiente. “Chiapas es uno de los estados más afectados, muchas veces por la ganadería”, deplora el señor Ochoa.
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