Marjorie Taylor Greene, un Donald Trump sin filtros
Se necesitó mucha imaginación para predecir que algún día Marjorie Taylor Greene representaría una forma de compromiso dentro del Partido Republicano. Este agitador político, elegido para la Cámara de Representantes de Georgia, es la encarnación más brutal y ambiciosa del movimiento Make America Great Again (MAGA), el eslogan de Donald Trump. Ferviente defensora del expresidente, prefirió el fuego al diálogo, el oprobio a la discusión.
Sin embargo, durante la crisis abierta que tuvo lugar entre el 3 y el 6 de enero en la Cámara con motivo de la la accidentada elección de Kevin McCarthy como orador, Marjorie Taylor Greene apoyó al candidato, en contra de algunos de sus amigos MAGA. Ella, la conspiradora transgresora de 48 años, siempre dispuesta a pisotear las convenciones, apoyó al canoso representante de la política tradicional como siempre se ha practicado en Washington.
¿Conversión? ¿Signo de madurez? Ciertamente no. Marjorie Taylor Greene tiene una agenda: ella misma. En octubre, en un retrato publicado por Revista del New York Timesella dijo esto, sobre McCarthy: “Creo que para ser el mejor orador de la Cámara y satisfacer a la base, tendrá que darme mucho poder y mucha libertad de acción. » Todo ha sido dicho. Se forjó un pacto de intereses entre estos dos personajes perfectamente contradictorios.
Marjorie Taylor Greene acusó a sus compañeros trumpistas, que se oponen a la nominación de Kevin McCarthy, de ser “destructores”. Pero nada lo distingue de ellos, si no una estrategia diferente en los albores de esta nueva mayoría republicana, resultante de las elecciones de medio término. Una increíble foto inmortalizó al representante electo de Georgia en el punto álgido de la crisis parlamentaria, el 6 de enero, cuando Kevin McCarthy acababa de fallar los 14y votar. Apartó el teléfono celular para entregárselo a su colega Matt Rosendale, uno de los últimos rebeldes. El dispositivo mostraba el nombre de su corresponsal: “DT”. Donald Trump, plantado frente a su televisor en Mar-a-Lago, Florida, habló desde la distancia para instar a sus seguidores a detener la humillación.
Una vez asegurada la victoria, Marjorie Taylor Greene fue la primera en posar junto a Kevin McCarthy. Su contendiente al trofeo. Ese apoyo fue recompensado rápidamente, el 18 de enero, con un puesto en el codiciado comité de seguridad nacional, que en particular le permitirá acceder a información clasificada.
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