los “expatriados” que financian el régimen de Kim Jong-un
SENADO PÚBLICO – MARTES 10 DE AGOSTO A LAS 8:35 PM – DOCUMENTAL
“¿Cómo podría este país, al límite de las naciones, entre los más pobres del planeta, adquirir semejante arsenal? “ Desde que asumió el poder tras la muerte de su padre en 2011, Kim Jong-un ha intensificado los programas nucleares y balísticos. El nieto del fundador de la República Popular Democrática de Corea se convirtió en “Más de 85 ataques con misiles y cuatro pruebas nucleares, el doble que su padre y su abuelo juntos”.
En 2017, el régimen dijo que ahora puede atacar territorio estadounidense. Tres años después de la filmación del documental, continúan las pruebas nucleares y el lanzamiento de misiles en el Mar de Japón o el Océano Pacífico. No obstante las resoluciones y sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006.
El impacto de sus sanciones sigue siendo cuestionable, ya que es difícil obtener cifras fiables. En 2018, el banco central de Seúl (Corea del Sur) estimó que la economía de Corea del Norte se mantenía bien, con un crecimiento del PIB de un 1,24% anual desde que Kim Jong-un asumió el cargo. Gracias al socio chino y hermano mayor, que representan el 80% del comercio con el régimen comunista en Pyongyang.
Un sistema secreto bien establecido
Pero para seguir desarrollando el arsenal nuclear, Kim Jong-un aprovecha toda una economía sumergida. Algunos “150.000 trabajadores norcoreanos” son expatriados por el régimen, principalmente en China, Rusia, pero también en otras partes del mundo. Financian un fondo oculto a través de su trabajo. Cruzando las revelaciones de los ex “hombres del dictador” que desertaron arriesgando sus vidas y sus familias en casa – trabajadores en obras de construcción en Mongolia o Kuwait, ejecutivos administrativos, banqueros en el arcano del opaco poder norcoreano… -, Marjolaine Grappe revela el alcance de un sistema secreto y bien establecido.
El periodista recopiló testimonios extremadamente raros de exoficiales refugiados de Corea del Norte, la mayoría de las veces con el rostro descubierto. Porque el régimen deja ir, bajo una estrecha vigilancia, solo a quienes tienen buenas razones para regresar (esposa, hijos…). Por tanto, Corea del Norte ganaría todos los años “450 millones de euros gracias a los sueldos de sus trabajadores enviados clandestinamente al exterior”, no “70 a 80% son confiscados por el régimen”, explica uno de los testigos. Un verdadero “trasfondo de la corte real”, como lo llama uno de los testigos, que existe desde 1974.
Autorizado para rodar en Corea del Norte, el documentalista aprovecha para mostrar imágenes raras de este país cerrado y su capital, Pyongyang. “Kim Jong-un ha abierto un nuevo distrito allí todos los años ya que está a cargo del país”, observa el autor, mostrando cómo la formidable y omnipresente propaganda del régimen se despliega allí, en torno al orgullo nacionalista, para resistir las sanciones extranjeras.
Corea del Norte: los hombres del dictador, documental de Marjolaine Grappe (Francia, 2018, 63 min). ??? ¿LCP ??? Senado público
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