El primer ministro israelí, Naftali Bennett, y el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, decidieron el jueves por la noche extender las restricciones de viaje del país por otros 10 días a partir del 12 de diciembre para evitar una propagación masiva de la variante Omicron en el territorio.
Las fronteras han estado cerradas durante casi dos semanas a los extranjeros.
La declaración del primer ministro, sin embargo, no mencionó la reapertura de las fronteras a los turistas, pero especificó que los dos hombres habían acordado “extender las restricciones actuales en el aeropuerto Ben-Gurion”.
Todos los israelíes que lleguen al país, incluidos los vacunados contra el coronavirus con las tres dosis, deberán someterse a una prueba de PCR en el aeropuerto Ben-Gurion a su llegada y luego ponerse en cuarentena en casa. Tendrán que realizar una segunda prueba el 3er día después de su llegada para poder salir del aislamiento, en caso de ser negativo.
Las personas que no hayan sido vacunadas o que no hayan recibido la 3ª dosis cuando la 2ª fecha tenga más de seis meses deberán permanecer en cuarentena durante 7 días. Las personas que regresen de países clasificados como “rojos” serán recluidas en hoteles de aislamiento por coronavirus.
Hasta la fecha se han detectado en el país una veintena de casos de Omicron, la mayoría de los cuales han regresado del exterior y, en particular, de Sudáfrica.
Se sospecha que otros cien casos son de la variante Omicron.
Además, las contaminaciones son estables y el número de personas en estado grave se ha reducido a menos de 100 por primera vez desde julio pasado.
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