La nueva guía para comer bien
Aquí estás en la cocina, hirviendo un boeuf bourguignon. Los deliciosos aromas de ajo y cebolla adornan sus fosas nasales, los dorados del tocino, el vino invade la carne … Pero de repente tienes dudas: ¿el tocino no te da cáncer? Y toda esa mantequilla es mala para el corazón. Y luego, ni siquiera pensaste en comprar zanahorias orgánicas: sin saberlo, podrías estar cocinando un coctel de pesticidas y nanopartículas … El placer que estabas a punto de tomar, decides hacerte vegetariano, incluso un vegano. ¿Pero renunciar a la carne no es un riesgo de deficiencias? Se instalan la culpa y la angustia. Estás a punto de volverte ortoréxico: obsesionado con una alimentación saludable.
“Que tu comida sea tu medicina”
Estos dolores que todos conocemos hoy, como la cacofonía de la comida es grande, Ciencia y futuro Decidimos enfrentarlos de frente y descifrar lo que pusimos en el plato, para preservar mejor nuestra salud. Porque la cocina y la medicina tienen el mismo origen, según Hipócrates, cuya máxima conocemos (si la tuya): “Deja que tu comida sea tu medicina”. Dos mil quinientos años después, el padre de la medicina occidental, vagando por los estantes de un supermercado, ¡perdería su griego! Pero con su método habitual de observación, examinaría, como hacen los especialistas que entrevistamos, todos estos alimentos ultraprocesados hasta el punto de resultar irreconocibles, artificiales, formateados. Y sus homólogos orgánicos, para saber si realmente son de mejor calidad.
Con Hipócrates como mentor, le pedimos a Laurent Chevallier, un nutricionista, pautas claras y desarrollamos una guía alimentaria precisa, basada en los últimos conocimientos científicos: ¿qué elegir, de la tienda al plato? ¿Qué debemos evitar, promover? ¿Qué lugar para la grasa y el azúcar? ¿Pueden ayudarnos las aplicaciones? Para frustrar los escollos del marketing, entender las etiquetas, saber qué nos da hambre, también invitamos a los investigadores a descifrar, incluso en nuestro cerebro, los mecanismos que abren nuestro apetito o nos animan a elegir una pizza en lugar de una dorada. .
Para estar sano, el placer de comer puede ser nuestra guía
Pero, como enfatiza el sociólogo Éric Birlouez, comer bien no es solo alimentar nuestro cuerpo: las dimensiones del compartir y la alegría son esenciales, dice. En diálogo con él, la chef Nadia Sammut va más allá: se come lo vivo, lo fresco, pero sobre todo, estar atento a lo que hacemos. Y no olvide el mundo de las delicias, que debería inspirar prácticas. Pues sí, para gozar de buena salud, el placer de comer puede ser nuestra guía. Espéralo, pruébalo, recuérdalo. Como están descubriendo los científicos, cada bocado trae … ¡un poco menos! Entonces, al elegir los alimentos con cuidado, sin prohibirlos, al degustarlos con plena conciencia, comemos lo que necesitamos, ni más ni menos. Y estamos llenos, llenos de vitalidad … felices.
“Explorador. Entusiasta de la cerveza. Geek del alcohol. Gurú de Internet sutilmente encantador. Erudito de la web en general”.