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En los últimos días, telas de araña gigantes han cubierto el sureste de Australia. Un fenómeno conocido localmente como globos aerostáticos.
Para sobrevivir a las fuertes inundaciones que han asolado el país en las últimas semanas, las arañas tejieron sus telas para elevarse por encima del nivel del agua. Como resultado, un velo blanco de varios metros de largo cubre prados y arbustos.
Y para aquellos que se habrían librado de las arañas, también tenemos que lidiar con una invasión de ratas como resultado del calentamiento global. Después de un invierno muy suave, los roedores continúan reproduciéndose por miles.
Al caer la noche, hordas de ratas invaden las granjas de los agricultores completamente indefensos ante la situación.
Como Col Tink, un granjero de Nueva Gales del Sur, que coloca trampas improvisadas en un intento por deshacerse de él. “Tenemos 400 o 500 cada noche, como máximo. Mi papá tiene 93 años y probablemente sea la peor invasión de ratones que ha visto en su vida”.
Para las granjas, el daño es considerable: acres de campos devastados, toneladas de heno inutilizable mientras la región apenas se recupera de los largos meses de sequía. Para Jeremy Hillam, un agricultor de Nueva Gales del Sur, esto es un verdadero desastre. “Mira, el heno se está cayendo a pedazos, no hay nada que hacer más que empezar de nuevo” lamenta el granjero. Para contener este flagelo, las autoridades locales quieren utilizar un producto muy tóxico que ahora está prohibido.
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