La cara oculta del plan para deportar sistemáticamente a los solicitantes de asilo a Ruanda
El lunes, la Corte Suprema de Justicia británica validó el plan de deportación de los Ruanda solicitantes de asilo que llegaron ilegalmente Reino Unido🇧🇷 Esta medida tan controvertida, anunciado en abril pasado bajo Boris Johnsonpermite legalmenteenviar inmigrantes ilegales a Ruanda, independientemente de sus nacionalidades. “Damos la bienvenida a esta decisión y estamos listos para ofrecer a los solicitantes de asilo y los migrantes la oportunidad de construir una nueva vida en Ruanda”, dijo en un comunicado la portavoz del gobierno ruandés, Yolande Makolo, un paso “positivo” para resolver la crisis migratoria mundial. 20 minutos reconsidera la decisión de la corte británica mientras que los primeros aviones hacia la capital ruandesa, Kigali, podrían despegar pronto.
¿Qué pasó este lunes en el Reino Unido?
La justicia británica ha dado luz verde a la deportación a Ruanda de solicitantes de asilo llegados ilegalmente a Reino Unido, un proyecto muy controvertido que el Gobierno quiere poner en marcha cuanto antes. El Tribunal Superior de Londres consideró que el esquema era “lícito” y concluyó que los arreglos planeados por el gobierno no violaban la Convención de Ginebra sobre Refugiados.
¿Por qué Londres introdujo esta medida?
Los cruces ilegales del Canal de la Mancha son la pesadilla del gobierno conservador de Gran Bretaña y regularmente causan tensión con Francia, donde muchos inmigrantes parten para unirse a losInglaterra🇧🇷 Desde principios de año, alrededor de 45.000 han llegado a las costas inglesas, frente a los 28.526 de 2021. Y cuatro migrantes, incluido un adolescente, murieron intentando este cruce el 14 de diciembre.
Al enviar inmigrantes que llegaron ilegalmente al Reino Unido a Ruanda, a más de 6.000 km de Londres, el gobierno de Johnson pretendía disuadir los cruces ilegales del Canal de la Mancha. “Grupos delictivos que ponen en peligro la vida de las personas en Mango deben entender que su modelo económico colapsará bajo este gobierno”, justificó Boris Johnson en la radio LBC el pasado mes de junio🇧🇷
¿Cómo funcionará este acuerdo con Ruanda?
Tras el anuncio de la corte británica, “cualquiera que ingrese ilegalmente al Reino Unido” después del 1 de enero de 2022 ahora puede ser enviado a Ruanda, sin límite en su número. Las deportaciones a Ruanda son “solo parte de nuestro plan” contra la inmigración ilegal, explicó el jefe de Gobierno a la televisión británica. El hecho es que Rishi Sunak, quien, como lo planteó el BBCtiene una política similar a la de los últimos primeros ministros conservadores británicos, prometió un “sistema en el que si vienes ilegalmente al Reino Unido no tienes derecho a quedarte”.
Según el acuerdo de Kigali, Londres financiará inicialmente el sistema con una cantidad de 120 millones de libras esterlinas (140 millones de euros). Por su parte, el Gobierno de Ruanda ha precisado que ofrecerá a los migrantes la posibilidad de “establecerse de forma permanente”. El pasado mes de junio, la ministra del Interior británica, Priti Patel, saludó este acuerdo que permite a los inmigrantes ilegales “rehacer su vida con total seguridad”.
Cabe señalar que, a principios de año, Boris Johnson y su gobierno habrían buscado cerrar acuerdos con terceros países donde enviar a los solicitantes de asilo que llegaron ilegalmente. Se mencionaron Ruanda y Ghana, pero el Ghana negó con vehemencia en enero que estuviera en conversaciones con el Reino Unido sobre el asunto.
¿Cuáles son las reacciones?
“Siempre hemos sostenido que nuestra política hacia Ruanda era legal y estoy feliz de que esto se haya confirmado hoy”, dijo el lunes Rishi Sunak tras el anuncio de la justicia británica. La oposición laborista, sin embargo, expresó su decepción y enfado. El sindicato de empleados de PCS (particularmente presente en la Policía de Fronteras) consideró que el proyecto de gobierno seguía siendo “moralmente reprobable y totalmente inhumano”, creyendo que una apelación debería ser considerada “seriamente”.
En su lado, Amnistía Internacional dijo que era “vergonzoso” que “el gobierno se niegue a reconocer que cuanto más invierte en crueldad, castigo y disuasión, más pone en peligro a las personas desesperadas que no tienen una opción segura para llegar al Reino Unido”. El Consejo de Refugiados concluyó que esta política “cruel” de equiparar a “personas que buscan seguridad con bienes humanos” dañó la reputación del Reino Unido como país de derechos humanos.
Del lado ruandés, las autoridades justifican esta asociación invocando el bienestar de los inmigrantes ilegales. El objetivo para ellos es permitir que los inmigrantes “sean protegidos, respetados y capaces de realizar sus propias ambiciones y establecerse permanentemente en Ruanda, si así lo desean”, tal y como explicó el pasado mes de junio el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta.
¿Cuándo comenzarán los desalojos?
Tras los recursos de varias asociaciones y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ante los tribunales ingleses, los desalojos nunca pudieron comenzar. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados incluso intervino en el caso ante la Corte Suprema, argumentando que en Ruanda faltan “los componentes mínimos de un sistema de asilo confiable y justo”, y que tal política conduciría a “graves riesgos de violaciones” de la convención Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados. Un primer vuelo previsto para junio había sido cancelado tras una decisión del CEDH que en realidad requería una revisión completa de esa política.
Con esta nueva decisión y con la muy acertada ministra del Interior, Suella Braverman, que había expresado su “sueño” de ver a los migrantes deportados a Ruanda, Rishi Sunak, que quiere implementar este proyecto “lo antes posible”, pronto podrían despegar los primeros aviones con destino a la capital ruandesa, Kigali. La Justicia, sin embargo, pidió al Ministerio del Interior que revise su copia referente a ocho migrantes que se opusieron a la deportación a Ruanda. El “Ministerio del Interior” no ha examinado suficientemente sus circunstancias personales para determinar si existen elementos relacionados con ellos que se opongan a su deportación a Ruanda.
Por el momento, el ejecutivo británico no ha comunicado ninguna fecha para un primer vuelo y las asociaciones tienen hasta el 16 de enero para apelar la decisión. Aun así, la titular del “Home Office” declaró que sus equipos están preparados “para defenderse nuevamente de cualquier acción legal”.
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