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Este viernes 24 de septiembre comienza en México una nueva “ronda” de discusiones entre representantes del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana. Tras las dos primeras reuniones de agosto y principios de septiembre, las dos partes intentarán avanzar para llegar a un acuerdo integral que permita a Venezuela ver un futuro mejor y garantizar elecciones libres y transparentes.
Es un diálogo que se desarrolla bajo los auspicios de Noruega y que incluso inspira esperanza en Washington, mientras el gobierno estadounidense no reconoce la legitimidad del presidente Maduro al frente de Venezuela.
A menos de un mes de una segunda “ronda” de discusiones, que permitió la firma de acuerdos sobre dos puntos particulares, la oposición venezolana y representantes del gobierno de Nicolás Maduro se reencuentran en la Ciudad de México para cuatro días de discusiones, este viernes. .
Y si hace un mes la urgencia no era la adecuada, ahora, si bien las próximas elecciones municipales y autonómicas deberían celebrarse en poco menos de dos meses, es importante lograr resultados.
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Si, por parte de los representantes gubernamentales, el levantamiento de las sanciones económicas impuestas a Venezuela sigue siendo un requisito previo para un acuerdo final, la oposición no lo ve así. Este último exige, en primer lugar, garantías de elecciones libres y transparentes antes de cualquier levantamiento de sanciones.
Por tanto, existe un riesgo real de que esta nueva ronda no tenga éxito. Pero, como ha explicado esta semana el responsable de la diplomacia europea Josep Borrell, si este diálogo tiene éxito, ya no será necesario imponer sanciones.
Noruega y México, que actúan como garantes de estas discusiones, deberán, por tanto, ser persuasivos. Principalmente porque, cuanto más tiempo pasa, más se deteriora la situación alimentaria, sanitaria, social y económica de un país que ya está en agonía.
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