Gobierno derrocado por un voto de censura el miércoles
Después de apenas seis meses, ya está destituido del poder: el primer ministro búlgaro Kiril Petkov y su gobierno fueron derrocados en una moción de censura el miércoles, en medio de crecientes desacuerdos entre el guerra en ucrania. El texto fue aprobado por 123 de los 240 diputados, mientras que 116 votaron en contra, con uno también ausente, anunció el vicepresidente del Parlamento, Miroslav Ivanov.
Ahora existe el riesgo de una espiral electoral en este país balcánico de 6,5 millones de habitantes, el más pobre de la Unión Europea. Los búlgaros ya han pasado tres elecciones parlamentarias el año pasado. Hasta la sensacional entrada en política del liberal europeísta Petkov, licenciado en la Universidad de Harvard que decidió hacer borrón y cuenta nueva de la corrupción tras una década de reinado del polémico Boïko Borissov.
“Existe tal pueblo”
Pero la heterogénea coalición formada en diciembre se escindió: a principios de junio perdió el apoyo del partido antisistema “Hay un pueblo así” (ITP). En la oposición, Gerb, el partido conservador de Borissov, se apresuró al incumplimiento y presentó una moción, señalando “el fracaso de la política económica y financiera del gobierno”, en un contexto de alza de precios.
“Fue un honor para mí encabezar un gobierno derrocado por Borissov, Peevsky, Trifonov y Mitrofanova”, reaccionó Petkov, refiriéndose, además de a los líderes de la oposición, a un conocido oligarca y al embajador ruso en Sofía. “No entienden que esta no es la forma correcta de ganarse el favor del pueblo búlgaro”, agregó, prometiendo continuar la batalla.
archivos de discordia
El primer ministro llegó al poder con la esperanza de “convertir a Bulgaria en un país europeo normal, exitoso y libre de mafias”, pero la guerra en Ucrania ha trastornado su agenda. En este país tradicionalmente cercano Moscúla guerra “acentuó las divisiones, debilitando al gobierno”, explica a la AFP Rouslan Stefanov, del Centro para el Estudio de la Democracia (CSD).
A pesar de su fuerte dependencia de la energía rusa, Sofía no cedió a la solicitud del Kremlin de abrir una cuenta en rublos para pagar el gas y, por lo tanto, sufrió un recorte en las entregas. Este evento sin precedentes desempeñó “un papel fundamental en la crisis actual”, dijo Ognyan Mintchev, director del Instituto de Estudios Internacionales de la capital.
“Los oligarcas búlgaros que recibieron comisiones” se vieron privados de ingresos, “lo que exacerbó las tensiones dentro de la coalición, así como entre los círculos empresariales y el gobierno”, dijo a la AFP. “La injerencia rusa es significativa en Bulgaria, muchos círculos son sensibles a ella”, agrega el politólogo Yavor Siderov, refiriéndose a los “constantes intentos de desestabilización a través de la difusión de información falsa”.
Otro expediente sembró discordia: la entrega de armas a Ucrania. Dentro del gobierno, mientras la mayoría estaba a favor, los socialistas, a su vez, se negaron a responder a las demandas de Kiev. También motivo de controversia, el veto búlgaro al inicio de negociaciones para la adhesión de Macedonia del Norte a la UE, debido a disputas históricas y culturales.
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