Una familia mexicana, refugiada en Quebec desde 2019, podría ser deportada el próximo lunes, arriesgando su vida.
La familia se enteró el 12 de octubre que tenía que regresar a México y que solo podría regresar a Quebec una vez que se aprobara su solicitud de asilo.
“Estoy preocupado porque si volvemos a México mi familia se puede morir. Tenemos que escondernos”, explicó Juan Carlos Bañuelos, padre de familia.
Antes de huir, el Sr. Bañuelos trabajaba para el Ministerio de Justicia en Zacatecas. Los miembros del cártel lo secuestraron, lo golpearon violentamente y lo amenazaron de muerte porque no quería colaborar con ellos.
“El hombre tenía que dar una lista de nombres y toda la información de todos los empleados del ministerio”, explicó Cecilia Mendoza, voluntaria del comité de ayuda mutua de Saint-Lambert y amiga de la familia.
“Tengo mucho miedo por mi familia”, dijo Miriam Ríos Huerta, esposa de Juan Carlos, quien también dijo que tenía ansiedad y ataques de pánico.
Actualmente, el Sr. Bañuelos es considerado un trabajador esencial en la prisión de Rivière-des-Prairies. Toda la familia aprendió francés y los adolescentes van a la escuela en Quebec.
“Tenemos una identidad aquí en la sociedad. Somos una familia muy unida”, insistió Bañuelos.
“La familia quiere extender su estadía y cancelar la deportación el lunes”, agregó Mendoza.
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