Ciencias

Eric-Jean Garcia, Sciences-Po Paris – Tu cultura empresarial: ¡cuidado con los gurús! – Estrategias y Gestión

“¡Eres lo que comes!”, “¡Somos lo que comemos!”. dice el proverbio. Por tanto, “lo que comemos puede ayudarnos a ser mucho más de lo que somos”, según la fórmula de Alice Brock, la famosa restauradora estadounidense.


Hoy en día parece evidente que nuestra alimentación afecta gravemente a nuestro estado de salud y, a largo plazo, a nuestra esperanza de vida. Y lo que es cierto para nuestro cuerpo también lo es para nuestro espíritu. ¿No estamos hablando de nutrición intelectual? Entonces, ¿lo que decidimos escuchar, leer y mirar puede ayudarnos a ser mucho más de lo que ya somos?


En términos de “soft skills”, por ejemplo, ¿cómo seleccionar fuentes de suministro ante la considerable oferta existente? Libros de gestión, formación en liderazgo, webinars dedicados a la inteligencia emocional y conferencias sobre prevención de riesgos psicosociales, hay para todos los gustos.


Para ayudarlo a orientarse en este enorme parque de ideas, aquí hay una cuadrícula de primera lectura inspirada en el trabajo dirigido por un equipo de investigadores suecos sobre la expansión global del conocimiento de gestión, que se puede dividir en 3 grandes categorías relativamente exclusivas: una del otro


Primero, y posiblemente el menos popular de todos, es el conocimiento científico. Esta categoría está destinada principalmente a un público interno. Sus autores son principalmente investigadores universitarios preocupados por producir conocimientos “precisos”, obtenidos con métodos rigurosos, es decir, válidos y confiables, que los faculten para presentar argumentos “generales”. Este es particularmente el caso de la socióloga Aurélie Jeantet y su trabajo sobre la construcción social de las emociones en el trabajo.


La segunda categoría reúne conocimientos esencialmente profesionales dirigidos principalmente a directivos. Sus diseñadores pueden ser ex ejecutivos, gerentes experimentados o consultores dispuestos a compartir lo que consideran mejores prácticas para implementar. El conocimiento producido pretende ser “preciso”, es decir, específico y operativo. También busca ser “simple”, al alcance de todos. Es el caso, por ejemplo, de las obras de La caja de herramientas de la colección Dunod, cuya misión editorial es ofrecer a sus lectores “herramientas concretas” y de “aplicación inmediata”.

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La tercera categoría incluye el conocimiento de naturaleza mística. Aunque a veces lo nieguen, los promotores de este tipo de conocimiento son comparables a gurús que asumen el papel de guías y mentores espirituales. Sus discursos seductores e impactantes hacen un uso excesivo de razonamientos y diagramas relativamente “simples”, comprensibles para todos, lo que les permite “generalizar”, por no hablar de evangelizar a una gran audiencia. Una de las figuras destacadas de esta categoría es el estadounidense-británico Simon Sinek y su best-seller “Empieza por el por qué” o “Cómo los grandes líderes nos inspiran a actuar”.


Al llegar, cuando nos enfrentamos al conocimiento gerencial, podemos preguntarnos de qué tipo es: ¿científico, profesional o místico? Objetivamente, todas tienen ventajas y desventajas, pero es mejor ser consciente de ellas, porque si no eliges tu comida intelectual, te comportarás como un animal de granja que ingiere casi todo lo que se le ofrece y pasa dentro. su alcance .

Prudencia Febo

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