Ciencias

en Marsella, una licencia pionera

Vista aérea de la sede de la Universidad Aix-Marseille, en el sitio de Pharo, en Marsella

Dedica un semestre al “color azul”, combinando la enseñanza de la química, la literatura y la sociología. Esto es lo que un puñado de profesores-investigadores de la Universidad de Aix-Marsella soñaba con crear, en 2012, la licencia de ciencias y humanidades.

Estudie la evolución del azul desde el antiguo Egipto hasta la actualidad. Explique cómo, en ese momento, se preparaba un color tan raro en su estado natural. Luego, da un gran paso en la historia de la humanidad para evocar los vínculos que nacieron en la época medieval entre el azul y la realeza. Antes de preguntarme qué había en la literatura. ¿Era el azul el color favorito de los escritores? ” La verdad no “, observa Florence Boulc’h.

Con veinte compañeros, este profesor-investigador en química trabajó durante tres años para imaginar una licencia que combinara humanidades y ciencias exactas. Después de dos años de docencia transversal, los estudiantes se especializan en el tercer año en una disciplina, como matemáticas, química, neurociencia, filosofía o docencia.

La idea de esta formación surgió durante un movimiento universitario en 2009. “Durante los seis meses de la huelga, pensamos mucho en la universidad de los sueños, con esta idea: no queríamos que el conocimiento se convirtiera en una mercancía”, recuerda Gaëtan Hagel, investigador de física y administrador de licencias educativas. Pero rápidamente surge una pregunta que atormenta a los espíritus. ¿Cómo enseñar ciencias exactas y humanas sin causar daño? El equipo encuentra la respuesta en los escritos de Edgar Morin dedicados a la transdisciplinariedad.

“Mente abierta”

Entonces surge la idea de definir temas principales, para la interdisciplinariedad y, así, “Hazlos hablar”, explica Gaëtan Hagel. Entre estos temas, “cultura y lenguaje” mezclan biología, lingüística y filosofía. “Sistemas del mundo” explica la forma en que el hombre veía el cielo estrellado. Sobre qué “Proporcionar a los estudiantes una mente abierta que no se encuentra en la formación monodisciplinar”, defiende a Florence Boulc’h.

El desafío: capacitar a los estudiantes para que desarrollen una perspectiva crítica sobre una disciplina – “Científicos iluminados”, como explica Gaëtan Hagel.

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La mayoría tiene una licenciatura en ciencias. Los perfiles deberían ser más variados con la llegada, en el próximo curso escolar, de los egresados ​​del “Bac Blanquer”, que abre el camino a nuevas combinaciones de especialidades científicas y literarias.

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Prudencia Febo

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