En los chimpancés, el romper nueces no se puede improvisar.
Como en un taller de aprendizaje: cuando los chimpancés logran romper nueces con piedras no es fruto de la casualidad, sino de un verdadero saber hacer adquirido de sus homólogos más experimentados, según un estudio publicado este lunes.
Los chimpancés a menudo se consideran los primates más cercanos a los humanos, especialmente porque son capaces de realizar tareas complicadas, como usar herramientas.
Sin embargo, es difícil determinar de dónde viene esta habilidad. Algunos científicos atribuyen esto a una “cultura acumulativa” en la que ciertos primates no humanos transmitían sus habilidades de generación en generación, perfeccionando sus técnicas con el tiempo.
Para otros científicos, por el contrario, esta forma de aprendizaje social es específica de los humanos. En los chimpancés, el uso de herramientas se desarrollaría espontáneamente, como si cada individuo comenzara desde cero, sin copiar un modelo.
Esta segunda hipótesis asume la existencia de una “zona de soluciones latentes” en el cerebro de los primates no humanos, que parece estar funcionando para el uso de herramientas rudimentarias, como palos para atrapar comida.
Pero, ¿qué pasa con las prácticas más sofisticadas, como romper nueces, usar piedras que funcionan como martillos y yunques?
– Herramientas ignoradas –
Los experimentos realizados con chimpancés en Guinea y descritos en la revista Nature Human Behavior están impulsando el debate.
Un equipo de investigadores, dirigido por la primatóloga Kathelijne Koops, de la Universidad de Zúrich, comparó el comportamiento de una comunidad de chimpancés salvajes con el de individuos cautivos en Bossou, en la reserva natural del Monte Nimba (sur de Guinea).
Bossou es uno de los primeros lugares donde se estableció científicamente el uso de herramientas sofisticadas por parte de los chimpancés en cautiverio.
Los investigadores presentaron estas mismas herramientas a los chimpancés salvajes, aún en el Monte Nimba, en diferentes configuraciones: primero con aceite de palma en sus caparazones y piedras capaces de romperlos. A continuación, añadimos nueces ya peladas y luego nueces de cola, que se sabe que son más fáciles de romper.
Todo repetido a lo largo de varios meses, entre 2008 y 2011, en cuatro localizaciones distintas, visitado por decenas de chimpancés y filmado con cámaras ocultas. Resultado: si manejaban bien las herramientas, ninguno se dignaba utilizarlas para acceder a su miseria, ni siquiera lo intentaba. invalidando así la hipótesis del uso espontáneo.
A tan solo 6 km, entre sus compañeros del centro de estudios de Bossou, es habitual romper nueces. “Investigaciones realizadas en Bossou y en otras comunidades de cascanueces mostraron que los jóvenes observaban de cerca y entrenaban a sus mayores hacer cosas”, dijo a la AFP Kathelijne Koops, profesora del departamento de antropología de la Universidad de Zúrich.
Su estudio, por tanto, refuerza la tesis de una “cultura acumulativa” (transmitida de los mayores a los más jóvenes). Lo que supondría, según el investigador, “un origen común con el Hombre en evolución”.
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