En Gironde, en el pinar quemado, puntos de agua para animales desorientados
Entre los pinos carbonizados, un tractor se mueve lentamente, una cisterna a su paso. Abastece los depósitos instalados para dar de beber a los animales desorientados por los incendios que arrasaron 20.800 hectáreas de bosque en la Gironda.
A la cabeza de la procesión que atraviesa el bosque de pinos maltrecho de La Teste-de-Buch en el Bassin d’Arcachon, los voluntarios sacan contenedores de su camioneta para instalarlos entre los arbustos, a cierta distancia de los árboles aún humeantes.
Detrás, cuatro jóvenes llenan cubos en el grifo de la cisterna y los vierten en las fuentes de agua potable, dispuestas a lo largo del camino donde se inició el incendio y la carretera departamental que bordea la Duna de Pilat.
Después de once días de lucha, el incendio ya se ha solucionado, dijo la ciudad el sábado. Pero algunas llamas todavía mordisquean los troncos, observadas de cerca por bomberos con cascos que adelantan regularmente al convoy.
Dirigida por la Dirección Departamental de Territorios y Mar (DDTM) y la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB), la operación fue creada por iniciativa de las asociaciones locales de caza.
“El avance de las llamas obligó a los animales a huir de su territorio y les provocó un gran estrés. Están lejos de sus puntos de agua habituales o demasiado desorientados para encontrar uno”, explica Frédéric Moras, presidente de la Asociación Municipal de Cazadores (ACCA) de La Teste -de-Buch.
En un paisaje lunar, en plena sequía, “los venados se deshidratan rápidamente y pueden morir exhaustos”, prosigue.
– “Rompiendo” –
En el corazón del bosque, cerca de una vieja choza que se ha incendiado, Mélodie Miquel, cazadora y voluntaria, retira escombros llenos de cenizas de un estanque de hormigón, para instalar allí un punto de agua.
La mujer de 34 años vino desde las Landas en un camión para llevar a La Teste-de-Buch las decenas de contenedores recogidos en su región.
Con botas de plástico y caqui, Wilfried Lozes, de 18 años, agrega algunas ramitas a la superficie de los contenedores “para evitar que los ratones se ahoguen en ellos” y para evitar que los ciervos beban.
“La finalidad de estos puntos de agua es también que los animales no abandonen su entorno natural para ir a beber a la ciudad. Es peligroso para ellos y pueden provocar atropellos”, especifica Renaud Laheurte, responsable del DDTM en Gironda, que acudió para supervisar la operación.
Un poco más allá, Frédéric Moras se inclina con un suspiro sobre el cadáver de un joven ciervo con las patas quemadas.
“Ver el bosque así es desgarrador. Como cazadores, tenemos el derecho de atrapar animales, pero también el deber de proteger la vida silvestre”, dice.
– Caza “congelada” –
Frédéric Moras estima que “alrededor del 30%” del ganado en el pinar puede haber sido diezmado por el fuego. La Federación Departamental de Cazadores de Gironda hará una evaluación precisa de las pérdidas “dentro de unos meses”.
A la espera de que se vuelva a formar la manada, ha “congelado” la caza en esta zona al menos hasta final de año.
Para la OFB, la instalación de puntos de agua en el bosque es una iniciativa “adaptada a las circunstancias”.
La gerencia, por otro lado, advierte: distribuir alimentos a los animales salvajes sería contraproducente.
“Sobre todo, no deben estar familiarizados con alimentos que no pueden obtener por sí mismos. Esto puede distorsionar sus instintos haciéndolos sedentarios”, especifica Nicolas Surugue, director regional de Nueva Aquitania en la OFB, quien recuerda que el acceso al bosque sigue siendo difícil prohibido al público.
A la espera de la seguridad de la zona, los bomberos rellenan los tanques de agua durante las patrullas.
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