Ciencias

En Essonne, un santuario para erizos amenazados por el calor

Víctimas desconocidas del calentamiento global, en peligro de extinción, los erizos son acogidos en un centro de atención en Orsay (Essonne), mimados por Sarah Stahl y su esposo en su refugio, en lo profundo del jardín de flores.

“El erizo es un poco como el oso polar de nuestros jardines, es un poco como el animal simbólico que advierte de estos problemas en Francia”, describe Sara Stahl, creadora de la asociación “Les P’tits Kipik”, que trabaja para la conservación de la especie.

Ella dice que ve “una caída en la inmunidad, una caída en la resistencia de la especie, debido a todo este conjunto de factores: el cambio climático, los pesticidas, el agotamiento… La especie está debilitada y amenazada de extinción”. Con el aumento de las temperaturas, la especie podría desaparecer, según ella, “hacia 2050”.

Y cuando llega el verano, “vemos una afluencia de erizos, es exponencial”. Muchas personas informan de la presencia de un animal a la asociación y se la confían. Los erizos son cuidados y luego liberados en su entorno natural, cerca de donde fueron encontrados.

A los mamíferos espinosos les resulta cada vez más difícil encontrar comida y bebida. “En realidad, cuando hace mucho calor, el suelo es demasiado duro para rascarse y ya no pueden buscar gusanos, los insectos se esconden y no hay más caracoles, no queda nada”, dice. “Como resultado, pueden morir de hambre en pleno verano, porque no queda nada para comer cuando hace demasiado calor”.

Los recintos son frescos, a la sombra de los árboles del jardín. Aquí es donde la pareja pone de pie a los ejemplares más pobres.

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En una pequeña choza, estableció una guardería, brindando primeros auxilios a los choupissons (erizos bebés, Ed), incluida la lactancia materna con la ayuda de pequeñas jeringas.

“Para amamantar, la madre necesita comer y beber. Si no encuentras algo para beber, te quedas sin leche y te deshidratas”, resume Sara Stahl.

“Pero la búsqueda de agua es complicada porque a veces tendrá que viajar lejos para encontrarla” y en ocasiones se pondrá en peligro.

Con la llegada de una ola de calor en la capital y sus alrededores, Sara Stahl espera un “verano arriesgado. Como todos los veranos, ahora, por desgracia”. “De ahí la importancia de darles comida puntualmente en periodos de olas de calor, les será de gran ayuda”, concluye.

Prudencia Febo

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