En Bélgica, una carretera se convirtió en un vertedero gigante después de las inundaciones
Juguetes para niños, libros y colchones embarrados, alacenas o refrigeradores rotos: unas 90.000 toneladas de basura de las mortíferas inundaciones de julio se acumulan en un cruce de carreteras en desuso en el este de Bélgica.
Es una imagen que recorrió el país, mostrando de manera espectacular la devastación material de las excepcionales inundaciones que provocaron la muerte de 38 personas el 14 y 15 de julio, según el informe oficial.
En Herstal, en la aglomeración de Lieja, una de las zonas más afectadas por estas inundaciones, una antigua carretera que atraviesa una zona boscosa alberga una montaña de escombros de 8 km de longitud y seis metros de altura.
Un magma informe de objetos traídos durante seis semanas en camiones enteros después de limpiar las orillas de los ríos, desde las orillas del Mosa hasta el valle del Vesdre, uno de los afluentes de este río.
Todo un montón de “piezas de vida” acumuladas que también representan un desafío de gestión pública para los funcionarios electos y las empresas de tratamiento de residuos.
En total, unas 160.000 toneladas de basura fueron producidas por las inundaciones solo en Valonia, según las autoridades de esta región francófona. Este único tramo de carretera concentra más de la mitad.
La transferencia ha sido gradual, explica Luc Joine, director gerente de Intradel, la principal empresa de tratamiento de residuos de la provincia de Lieja.
“Hubo un primer depósito temporal (en los municipios afectados) y una vez que tuvimos la certeza de que no había más cuerpos, que se habían encontrado todos los desaparecidos, pudimos recoger todo”, dijo a la AFP.
El objetivo es lograr el reciclaje del 60% de estos residuos, con el resto destinado a incineración o vertedero, mediante la convocatoria de otras empresas.
Dada la magnitud de la tarea, es probable que se necesiten nueve meses para evacuar todo, un cronograma que los funcionarios electos locales, ansiosos por limitar las molestias a los residentes, vigilarán de cerca.
Luc Joine garantiza que no hay casas a menos de 500 metros, que hay pocos olores desagradables y que una empresa de control de ratas ya ha intervenido en la zona.
Desde el punto de vista medioambiental, la elección del almacenamiento de residuos en el antiguo eje de tráfico es “una buena idea”, el gerente también se enorgullece.
“Dado que la basura está potencialmente contaminada por hidrocarburos, era necesario buscar un lugar para evitar la contaminación del suelo. Sin embargo, este camino está asfaltado, el agua se recoge cuando llueve, es bastante adecuada ”, enfatiza.
El coste del tratamiento de residuos en los tres emplazamientos solicitados en Valonia se estimó en 30 millones de euros, según la ministra regional de Medio Ambiente, Céline Tellier.
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