El smiley cumple 40 años y no ha envejecido nada. Es omnipresente en los intercambios digitales: en videoconferencias, correos electrónicos o mensajes de texto. En cuatro décadas, los emojis han transformado la forma en que nos comunicamos.
Si el inventor del smiley estaba lejos de sospechar que estaría en el origen de un lenguaje universal, el smiley se ha vuelto imprescindible en sus 40 años de existencia. No deja indiferente a nadie, entre seguidores convencidos y refractarios hostiles, es imposible escapar de la manía sonriente.
En septiembre de 1982, Scott Fahlman, un profesor estadounidense de informática, ofreció a sus alumnos un código para marcar la escuela secundaria en los mensajes. Dos puntos, un guión y un paréntesis: nació el emoticón y los emojis lo siguieron.
Emojis para discusiones positivas
A día de hoy, existen más de 3600 emojis para expresar emociones a distancia. Una auténtica mina de oro para lingüistas como Aris Xanthos, que trabaja en la Universidad de Lausana.
El experto está recopilando la mayor cantidad posible de mensajes intercambiados en WhatsApp en Suiza para comprender el papel de los emojis en los intercambios digitales.
“Parece que las expresiones faciales positivas son muy frecuentes y lo mismo para los corazones. Esto indica que una de las funciones principales es darle una atmósfera positiva a los mensajes enviados y reemplazar respuestas rápidas como gracias o ok”, analiza.
fanny moille
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