El consumo de ultraprocesados, vinculado con la depresión y cambios en circuitos cerebrales – Sr. Código
Nuevo estudio encuentra una conexión entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la depresión
Un reciente estudio liderado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) ha establecido una conexión directa entre el consumo de comida ultraprocesada y la depresión, así como con cambios en el cerebro y la inflamación.
Los alimentos ultraprocesados, como snacks, bebidas azucaradas, precocinados y bollería industrial, son bajos en nutrientes pero altos en calorías, grasas saturadas y azúcares añadidos. Estos alimentos también suelen contener aditivos para mejorar su sabor y apariencia.
La depresión es un trastorno muy común que afecta a millones de personas en todo el mundo y reduce la calidad de vida de quienes la padecen. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 280 millones de personas viven con depresión.
El objetivo de este estudio era determinar la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y los síntomas depresivos, así como investigar la influencia de la obesidad y los biomarcadores inflamatorios en esta asociación.
Para ello, se reclutaron 233 participantes, de los cuales 152 fueron incluidos en el estudio final. Se analizó su consumo de alimentos ultraprocesados a través de cuestionarios alimentarios y se les realizaron resonancias magnéticas cerebrales.
Los resultados revelaron que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asociaba con síntomas depresivos más pronunciados y una reducción del volumen en regiones cerebrales relacionadas con la recompensa y la toma de decisiones.
Esta asociación fue especialmente significativa en participantes con obesidad. Además, se encontró que la cantidad de glóbulos blancos mediaba esta relación.
En resumen, este estudio respalda la evidencia existente y proporciona nuevos datos sobre cómo los hábitos alimentarios pueden afectar la estructura cerebral. También establece que esta asociación puede depender de la obesidad y los niveles de inflamación.
La investigación fue llevada a cabo por el CIBERSAM, el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), la Agencia de Salud Pública de Barcelona y el Instituto de Investigación de Sant Pau. Este estudio es un paso importante para comprender mejor los efectos de los alimentos ultraprocesados en la salud mental y podría tener implicaciones importantes para la prevención y el tratamiento de la depresión.
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