El ascensor al espacio, pronto una realidad
En continuación directa de Charlie y la fábrica de chocolate🇧🇷 Charlie y el gran ascensor de cristal, el pequeño héroe convertido en heredero de la compañía Wonka termina encontrándose, después de todo, en el espacio a través de un ascensor un poco caprichoso, o caprichoso. ¿Puede esta idea absolutamente increíble seguir considerándose ciencia ficción durante mucho tiempo? Con Scientific Americansuponemos que no.
Según el profesor Stephen Cohen, profesor de física en la Universidad de Montreal, el ascensor espacial podría hacerse realidad en dos o tres décadas. Cohen, exingeniero aeroespacial, dice que cree firmemente en este concepto de un cable que se extiende entre la Tierra y el espacio a lo largo del cual los humanos y los bienes podrían moverse más fácilmente.
Cohen, quien dirigió extenso trabajo en ascensores espaciales, explica que hay muchas buenas razones para emprender un proyecto así. El primero se refiere al ahorro presupuestario y económico que esto haría posible: ya no sería necesario un cohete para poner en órbita las cargas útiles.
La misión espacial típica consume 100.000 litros de combustible, lo que representa el 90% de la masa de la máquina enviada al espacio. El planeta sin duda agradecería un gesto para terminar algún día con este tipo de consumo excesivo.
En materia de accesibilidad, el avance también sería gigantesco, tanto que ya no sería necesario hablar de “misión espacial”, sino simplemente de “tránsito”. Los viajes espaciales serían rutinarios y los lanzamientos no dependerían tanto de las condiciones climáticas como ahora.
afinado
Un sistema de cable de este tipo que conecte la Tierra a un satélite ubicado a decenas de miles de kilómetros obviamente requiere tener en cuenta la rotación de la Tierra y las diversas estrellas del sistema solar. Y si a primera vista es difícil imaginar que un cable así se pueda estirar, el experto dice que, sin embargo, es bastante posible, usando una combinación de fuerza centrífuga y fuerza gravitatoria.
Eso, sin embargo, requeriría un material cincuenta veces más fuerte que el acero, explica Stephen Cohen, quien argumenta que los avances tecnológicos cada vez más rápidos ofrecen la esperanza de que este metal superiormente fuerte y bastante caro esté completamente listo en unos diez años.
Para aquellos a quienes el proyecto podría hacer sonreír, el científico responde citando a Arthur C. Clarke (2001: una odisea del espacio) a quien, a principios de la década de 1990, se le preguntó acertadamente sobre el tema: en qué fecha imaginó que un ascensor espacial podría ver la luz del día, él que había escrito una novela entera sobre el tema, Las fuentes del paraíso🇧🇷 La respuesta del autor fue inequívoca: “Probablemente cincuenta años después todo el mundo habrá dejado de reírse de ello. Así que tal vez no antes de 2072.
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