Ciencias

Bohemia, tierra de acogida migratoria a finales del Neolítico

ENTIERROS. A finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce (alrededor de 4000 a 1700 a.C.), Europa Central acogió muchas culturas arqueológicas diferentes, como la cerámica de cordón o ‘Unittice’, que se pueden distinguir y caracterizar según la posición de los esqueletos y la forma de la cerámica. encontrado en tumbas. Centrándose en una región muy concreta, el norte de Bohemia, que esencialmente corresponde a la parte occidental de la actual República Checa, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) logró, sin embargo, obtener más. y más dinámicas de estas poblaciones, revelando a nivel local migraciones y costumbres sociales que hasta entonces habían pasado desapercibidas. Su estudio acaba de ser publicado en Avances de la ciencia.

Bohemia, tierra acogedora de diferentes culturas

Gracias a la presencia de importantes vías fluviales como el Elba, Vltava y Ohře, el norte de Bohemia es una zona privilegiada, rica en llanuras fértiles y ubicada en la intersección de rutas comerciales. Según la historiografía tradicional, a finales del Neolítico habría estado poblada por una sucesión de grupos culturales, que no sólo estuvieron en el origen de importantes innovaciones tecnológicas (metalurgia, rueda, carreta, arado, fortalezas, tumbas), sino también ideológico, como lo demuestran prácticas mortuorias muy diversas, con variaciones significativas en la posición y orientación de los cuerpos, y la presencia de bienes funerarios en tumbas que ahora son individuales.
Pero en realidad, estas culturas arqueológicas, que abarcan gran parte de Europa, no se siguen estrictamente entre sí, sino que se superponen geográfica y temporalmente. Para arrojar luz sobre sus orígenes, los investigadores del Instituto Max Planck se centraron en tres grupos genéticamente y culturalmente diferenciados que coexistieron alrededor del -2800 a. C.: la cultura de la cerámica cableada, la cultura en forma de campana y la cultura Úntice, que marca la temprana Edad del Bronce. . Al muestrear 271 genomas humanos que datan de -4900 a -1600 años, llegan a conclusiones que reajustan a nivel local la visión de este período, esencialmente considerado a nivel paneuropeo. Hasta ahora, de hecho, se consideraba que las migraciones importantes solo habían tenido lugar en la era neolítica temprana y tardía, pero los investigadores de Leipzig encontraron que los cambios genéticos importantes también ocurrieron en períodos cortos, probablemente como resultado de migraciones.

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Prudencia Febo

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