Los republicanos intentan ocultar sus divisiones
Durante horas, los representantes republicanos electos de la Cámara, reunidos a puerta cerrada, el miércoles 3 de febrero, debatieron una disputa familiar. Se trataba de dos mujeres totalmente opuestas: Liz Cheney y Marjorie Taylor Greene. Los dos diputados electos del Congreso habían sido sometidos durante semanas, por razones diametralmente opuestas, a amenazas de sanciones. Sin embargo, el miércoles no se decidió ninguna acción disciplinaria debido a la falta de consenso.
La pelea no es anecdótica. No se limita al destino de estas dos fuertes personalidades. Por el contrario, ilustra el choque entre dos corrientes que se han vuelto antagónicas y su desenlace puede tener un impacto duradero en la identidad del “Gran Partido Viejo”.
Liz Cheney acusada de votar el 13 de enero a favor del juicio político de Donald Trump por su presunta influencia en el ataque de algunos de sus seguidores contra el Congreso el 6 de enero. Esta votación es considerada un delito de leste majesty por los fieles del expresidente.
Liz Cheney es una figura del Partido Republicano como existía antes de 2016. Hija del ex vicepresidente Dick Cheney (2001-2009), ha servido en la Cámara de Representantes del Congreso desde 2014 como miembro electo del bastión de su familia, Wyoming. Ella es la número tres en la minoría republicana, un título que sus oponentes querían quitarle.
Convivencia complicada
La segunda, Marjorie Taylor Greene, es un nuevo avatar de la corriente principal contra el sistema que ha plagado al “Gran Partido Viejo” durante décadas. Elegida en Georgia en noviembre de 2020 en una circunscripción conservadora e inexpugnable, se impuso adoptando posiciones radicales aclamadas por Donald Trump. Pero también interrumpió su campamento por su compañía con el movimiento de conspiración QAnon.
Así que negó en el pasado el ataque al Pentágono que tuvo lugar durante los ataques del 11 de septiembre y adoptó la teoría de que los incendios devastadores en California podrían haber sido causados desde el espacio por un rayo láser a iniciativa del gobernador democrático del estado y el banco Rothschild.
También describió los asesinatos en masa en 2012 y 2018 en las escuelas de Sandy Hook (Connecticut) y Parkland (Florida) según lo promulgaron los opositores al derecho a poseer y portar armas de fuego. Antes de ser elegida, también había compartido en las redes sociales una invitación para presentar “una pelota en la cabeza” el actual presidente (Alto parlante) La demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
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