la ultramaratón tarahumara, mucho más que una carrera
Cientos de atletas amateurs se enfrentarán el domingo a los incansables corredores de fondo de una comunidad indígena en las montañas del noroeste de México en una ultramaratón por el desfiladero de la Sierra Tarahumara que es mucho más que una carrera.
Organizadores mexicanos y estadounidenses esperan a cientos de participantes para el 20 aniversario de la “Utramaratón caballo blanco” en la localidad de Urique, en el estado de Chihuahua, donde las festividades comenzaron el sábado con carreras infantiles bajo un sol radiante y un cielo azul. cielo.
El evento deportivo es sobre todo un momento de convivencia entre la comunidad Raramuri y los entusiastas del enduro de otras regiones de México y el extranjero, comenzando por Estados Unidos.
“Es mucho más que una carrera. El espíritu es compartir, intercambiar culturas”, dice Fabio Meraz, jefe de turismo de Urique, un pueblo en el fondo de la barranca más profunda del país (1.800 metros).
Los rarámuris (“pies ligeros” en su idioma) tienen la particularidad de correr en simples sandalias sujetas por correas en sus pantorrillas (huaraches).
Las mujeres corren con vestidos de colores brillantes, mientras que los hombres visten calzoncillos bóxer blancos sencillos y ligeramente sueltos.
Su legendaria resistencia en 21, 40 u 80 km es un auténtico reto para otros participantes equipados con unas zapatillas deportivas mucho más sofisticadas.
El sábado, muchos rarámuri, la mayoría con aspecto intimidado, acudieron a recoger sus dorsales en la víspera de la carrera.
La ultramaratón es también una obra social. Los participantes de las comunidades vecinas regresarán a casa con vales de despensa. “A veces las familias no pueden alimentarse con lo que siembran”, subraya una rarámuri, Irma Chávez.
La policía local y el ejército vigilan discretamente el buen desarrollo de la carrera. A pocos kilómetros de Urique, dos jesuitas y un guía turístico fueron asesinados en junio. El presunto asesino sigue prófugo.
El Ultramaratón Caballo blanco debe su nombre a su fundador, Micah True, un estadounidense amante de las actividades al aire libre que lanzó la carrera en 2003. Su historia y su encuentro con la Sierra Tarahumara se ha narrado en un libro, “Born correr”, de Christopher McDougall.
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