“Roslyn aterrizó en la costa oeste de México, cerca de Santa Cruz, Nayarit, alrededor de las 13:20 horas. Sus vientos sostenidos alcanzan los 195 km/h. La alerta está firmada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) para ESTADOS UNIDOS. El ojo de categoría 3 del ciclón se encuentra a 90 km de Tepic, capital del estado de Nayarit, y se desplaza a 26 km/h en dirección norte-noroeste. Santa Cruz es un pequeño pueblo ubicado en el distrito de Santiago Ixcuintla y cuenta con alrededor de 1,200 habitantes que se dedican principalmente a la pesca y la agricultura.
El Servicio Meteorológico Mexicano advirtió, a su vez, que Roslyn provoca fuertes vientos, fuertes lluvias, descargas eléctricas y olas que pueden alcanzar los seis metros en las costas de los estados de Nayarit, Jalisco y Colima (Oeste), en el Pacífico. En la turística ciudad de Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, que tiene alrededor de 220.000 habitantes y es una de las ciudades más grandes de la zona afectada por el el huracán, los vientos y el mar embravecido comenzaron a intensificarse alrededor de las 11 am. Cientos de vecinos de zonas de riesgo salieron de sus casas para ingresar a albergues o casas de familiares, mientras que las actividades comerciales quedaron suspendidas a última hora de la tarde.
Roslyn tiene se transformó en pocas horas el viernes en un huracán de categoría 4, poniendo en alerta máxima a autoridades y pobladores de los estados de Nayarit y Jalisco. Es el fenómeno más devastador de la temporada en el Pacífico. Un huracán con una categoría superior a 3 en la escala Saffir-Simpson (de 5) se considera un fenómeno “importante” potencialmente catastrófico. Hace apenas dos décadas, el huracán Kenna de categoría 4 tocó tierra en el estado de Jalisco, matando a cuatro personas y causando millones de víctimas. En octubre de 1997, Paulina, también en el puesto 4, arrasó la costa sur de Pacífico mexicano, matando a más de 200 personas.
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