La coalición que ganó las elecciones de ayer (curiosamente llamada de “centro-derecha” cuando no tiene nada que ver con el centrismo) es un “invento” de Silvio Berlusconi, cuando entró en política en 1994. Se basa en tres pilares y las relaciones de poder evolucionaron. considerablemente con el tiempo.
Primero, Forza Italia, el componente más moderado, europeísta y liberal, que originalmente era ultradominante. Más que un partido de derecha tradicional, es una formación ligada a la aventura personal de un hombre, el multimillonario Silvio Berlusconi.
Luego está la Liga del Norte (ahora la Liga para abreviar), un partido que se dispuso a enfrentarse a la ira de los propietarios de pequeñas empresas del Norte frente a la negligencia del gobierno central. Bajo la presidencia de Matteo Salvini, el partido experimentó un giro “lepenista”, pero mantiene en su ADN una fuerte identidad regional, especialmente en Lombardía y Véneto.
Finalmente, los posfascistas del MSI, que en 1995 se convirtió en Alianza Nacional, que son los “ancestros” de Fratelli d’Italia. Es gracias a Berlusconi que este partido, alejado del “arco constitucional” hasta mediados de la década de 1990, inició su transformación, de la que Giorgia Meloni es el último avatar.
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