BUENA HISTORIA – Tras la muerte de Isabel II, que supo mantener la unión dentro del país, los escoceses e irlandeses del norte se ven tentados por la independencia.
Enviado especial a Edimburgo
A pesar del sol brillante en el cielo de Edimburgo, un velo de tristeza e incertidumbre envuelve las entradas al Palacio de Holyrood. Durante el fin de semana, un flujo ininterrumpido de personas anónimas desfilaron por las puertas que rodean la residencia oficial de los soberanos británicos en Escocia. Habitantes de la capital y alrededores, muchachas con los ojos enrojecidos por las lágrimas, veteranos del ejército británico cuyas voces palidecen de emoción… Hicieron fila para dejar sus coloridos ramos, comparten sus recuerdos de este largo reinado y, a veces, expresan sus temores por el futuro. La mayoría señala que nunca han conocido a un gobernante que no sea Isabel, y algunos temen que su desaparición debilite el reino.
“Ha hecho tanto por la cohesión y la unidad de este país.suspira Alexandra MacMillan. A los 73 años, esta mujer bajita y de ojos agudos es una ex empleada de Holyrood. Durante más de un cuarto de siglo…
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