¿Se usarán pronto cangrejos y langostas para hacer baterías?
yo¿El aire del mar pronto en los vehículos eléctricos? Según nuestros colegas británicos en el guardián, científicos estadounidenses lograron crear baterías eléctricas más respetuosas con el medio ambiente utilizando un compuesto químico que se encuentra dentro de los caparazones de cangrejos y langostas. Esta es una “buena” noticia ya que cada vez se denuncia más el tema del impacto ambiental de las baterías que actualmente se utilizan en los autos eléctricos -por ejemplo-, especialmente las de litio. Un producto que en ocasiones puede tardar miles de años en descomponerse.
En concreto, los cangrejos y las langostas -como muchos crustáceos- tienen lo que se denomina exoesqueleto, es decir, un esqueleto externo. Si alguna vez te has encontrado con un cangrejo en la playa -o en tu plato…- habrás notado que el caparazón de estos animales marinos es extremadamente duro y resistente. Esta característica se debe a la presencia de una molécula muy específica: la quitina. Sin embargo, después del tratamiento químico y la adición de un ácido, esta quitina se puede transformar en un gel que actúa como electrolito. Este término técnico designa una sustancia capaz de transmitir una carga eléctrica. Este gel permite almacenar energía.
Finalmente, para obtener una batería real, los científicos combinaron este electrolito con zinc, un metal cada vez más utilizado por los fabricantes. Según las primeras pruebas, la batería “verde” mantiene una eficiencia del 99,7% tras mil recargas. De hecho, cualquier acumulador eléctrico pierde eficiencia gradualmente con el tiempo. El desafío para los fabricantes es poder ofrecer la eficiencia más duradera y estable.
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Una batería que se descompone naturalmente y se puede reciclar
El verdadero avance de esta innovación, además de su buena eficiencia, es sobre todo su biodegradabilidad. De hecho, según los científicos detrás de este experimento, dos tercios de esta batería se descomponen en menos de cinco meses, gracias a la actividad microbiana. Aún mejor, una vez que el gel desaparece, solo queda el zinc. Sin embargo, los fabricantes ya saben cómo reciclar este metal. De acuerdo con Antonio J Fernández Romero, profesor de ciencia de materiales para la producción de energía en la Universidad de Cartagena en España, entrevistado por nuestros colegas, esta innovación es muy importante. “El diseño de nuevas baterías ecológicas, económicas y con alta capacidad de descarga es uno de los elementos más importantes a desarrollar en los próximos años”, explica el especialista.
Otra de las ventajas que refuerza esta nueva batería, la quitina está muy extendida en la Tierra. De hecho, en la naturaleza está presente en las setas, pero también en los insectos. También se puede encontrar en las sobras de los restaurantes. Finalmente, durante este estudio, los científicos se dieron cuenta de que la batería no era inflamable. Una verdadera ventaja cuando se sabe lo complejos que son para los bomberos apagar los incendios de baterías eléctricas. Por supuesto, la hipótesis de la quitina para obtener baterías verdes parece realmente sólida.
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