Apuntando a la microbiota para tratar las alergias alimentarias
Dirigirse a la microbiota para tratar las alergias alimentarias. Esta es la estrategia original seguida por investigadores de la Universidad de Chicago que acaban de presentar ponencias en la reunión anual de la American Chemical Society (American Chemical Society, ACS), que actualmente se está celebrando en Chicago (Estados Unidos).
una medicina fragante mantequilla rancia extremadamente desagradable
Sus prometedores resultados, fruto del trabajo realizado hasta ahora solo en ratones, se basan en la administración de una molécula producida por bacterias intestinales con el objetivo de reducir o incluso prevenir por completo la reacción alérgica.
En los últimos años, varios estudios han demostrado que una molécula, el butirato, producido por ciertas bacterias intestinales podría, en roedores, reducir la respuesta inmune a un alérgeno. Otros estudios también han señalado el hecho de que las personas con alergias alimentarias parecen menos capaces de producir butirato que las personas no alérgicas, lo que sugiere el beneficio de la suplementación con butirato para las personas alérgicas.
Sin embargo, el butirato tiene un olor extremadamente desagradable a mantequilla rancia (de ahí su nombre), un gran obstáculo para su administración, ya que hasta ahora los químicos y farmacólogos no han podido enmascararlo. “Los intentos de administración, como el trasplante fecal u oral, han tenidotodo falló”dijo uno de los principales responsables de este trabajo de la Universidad de Chicago, Jeffrey Hubbell, durante la rueda de prensa de la ACS. Pero su equipo finalmente logró realizar un truco que consiste en envolver el butirato, polimerizándolo con ácido metacrílico.
Un tratamiento que puede prevenir la aparición de muchos tipos de alergias alimentarias
El comunicado de prensa de la ACS afirma que los polímeros resultantes se autoensamblaron en agregados o micelas poliméricas y encerraron las cadenas laterales de butirato en su núcleo, enmascarando el olor y el sabor desagradables del compuesto. Luego, los investigadores administraron por vía oral estos polímeros a ratones experimentalmente alérgicos al maní, lo que les permitió evitar el shock anafiláctico.
El equipo americano, creador de su start-up, clostra bio, ahora planea pasar rápidamente a los ensayos clínicos y espera que este tratamiento pueda usarse para prevenir la aparición de muchos tipos de alergias alimentarias, ya que este tipo de terapia no es específica de antígeno, como aclaró Shijie Cao. , otro investigador del equipo. Continuará.
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