La crisis política hierve en Italia, tras la negativa a la dimisión de Mario Draghi por parte del presidente Mattarella
En su infinita creatividad, la vida política italiana es capaz de generar las más diversas configuraciones, de modo que ninguna posibilidad, incluso la más nebulosa, puede descartarse a primera vista. La dramaturgia de una crisis gubernamental, en cambio, obedece a una liturgia muy inmutable. Todo comienza con un período de latencia, durante el cual se forma la oposición entre dos fuerzas políticas que constituyen la mayoría.
Luego, el conflicto cristaliza en un tema, a veces anecdótico, esta vez, las modalidades de un decreto que contiene un cierto número de medidas anticrisis, en particular la construcción de una incineradora de residuos en las afueras de Roma. Por lo tanto, este tema provoca una dramatización y amenazas de ruptura, más o menos creíbles. Este es el momento en que los dos campos se evalúan entre sí.
Finalmente, el aumento de intensidad es muy rápido, hasta el momento del desenlace, que puede darse por dos vías: por la renuncia del jefe de gobierno o por la desaparición repentina, tras negociaciones entre bastidores, del problema inicial. El 14 de julio, en el que sucesivamente el presidente del Consejo italiano, Mario Draghi, perdió el apoyo del Movimiento 5 Estrellas (M5S, antisistema) durante una moción de confianza en el Senado, sin embargo, obteniendo una holgada mayoría, luego Colocó apoyo a su renuncia del presidente Sergio Mattarella, antes de rechazarla volviendo a una nueva votación, el miércoles 20 de julio, dio un brillante ejemplo.
“Sin cheque en blanco”
Sin embargo, todavía es difícil saber si la crisis está definitivamente descartada o si simplemente está “congelada” durante unos días. El conflicto entre Mario Draghi y el actual líder político de M5S, el expresidente de la junta (2018-2021) Giuseppe Conte, se cuece a fuego lento desde hace varios meses. Pero, más que cuestiones medioambientales, se basa en la oposición del M5S a la línea firme defendida por Mario Draghi desde el inicio de la agresión rusa contra Ucrania el pasado 24 de febrero.
El expresidente del Banco Central Europeo hizo de la cohesión de su mayoría la condición absoluta para su permanencia en el negocio
Reacio a las sanciones y opuesto al continuo apoyo militar a Ucrania, el líder político del M5S se ha distanciado cada vez más abiertamente durante la primavera de la línea seguida por la diplomacia italiana. Por eso el ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, abandonó el partido el 21 de junio arrastrando tras de sí a sesenta parlamentarios a favor de la línea gubernamental. Mario Draghi, por su parte, se ha esforzado por poner el M5S en línea en nombre de la responsabilidad.
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