Emergencias: la “misión flash” presenta 41 medidas a Elisabeth Borne
Armas, presupuestos, triaje: la ‘misión flash’ sobre la atención no programada entregó este jueves a Matignon sus 41 propuestas para superar un verano de ‘alto riesgo’ en los servicios de emergencia, según el borrador del informe que adquirió ‘AFP’.
La receta del Dr. François Braun está en manos de la primera ministra Elisabeth Borne.
Un documento de 60 páginas, que el presidente de Samu-Urgences de France presentó durante una “reunión de trabajo” en Matignon, en presencia de la Ministra de Salud Brigitte Bourguignon, Seguros de Salud y la federación de asociaciones de pacientes France Assos Santé.
Una “versión no final” que debía ser modificada al final de esta reunión, dijo Braun a la AFP. La versión final, por lo tanto, revelará en vano los arbitrajes del ejecutivo.
el medico Braun y su asociación ya habían advertido de los síntomas de esta crisis, identificando a finales de mayo 120 servicios de emergencia obligados a reducir su actividad o prepararse para ella. Esto llevó al propio presidente Emmanuel Macron a confiarle una “misión instantánea” para proporcionar “respuestas muy sólidas”.
Demasiados pacientes, muy pocos cuidadores: la ecuación imposible no perdona a ningún hospital, incluidos los grandes hospitales universitarios como Burdeos, Toulouse y Grenoble, que recientemente se han visto obligados a restringir el acceso a sus emergencias.
Para salvar lo que se pueda salvar, la “misión flash” recomienda “ingresos regulares”, ya sea con “chequeo paramédico a la entrada” de urgencias, o mediante “regulación médica previa sistemática” por la central telefónica Samu.
El informe incluso sugiere limitar el acceso a los sitios solo a “emergencias vitales”, es decir, por la noche, esta “suspensión parcial de la actividad” que debería permitir “agrupar los medios de varios servicios en un solo lugar”.
– “Piadosos deseos” –
Medidas rechazadas por el portavoz de la Asociación de Médicos de Urgencias de Francia (Amuf), Christophe Prudhomme, que denunció en Twitter “el fin del servicio público abierto las 24 horas (…) con la consecuencia de muertes evitables”.
“No queremos que los patrones de espera telefónica reemplacen las emergencias”, por su parte, reaccionó la vicepresidenta (LFI) de la Asamblea Nacional Caroline Fiat en un comunicado de prensa, temiendo un “colapso de los servicios del Samu”.
Sin embargo, la misión quiere una gran campaña de información sobre la modalidad “antes de ir, llame”, así como una “actualización del personal” de asistentes médicos reguladores (ARM) para absorber el aumento esperado de llamadas a 15.
Se piden otros esfuerzos presupuestarios para retribuir mejor a los médicos autónomos en regulación (hasta 100 euros brutos por hora “libres de impuestos”) y en consulta (con un añadido de 15 euros por acto solicitado por Samu).
Lo mismo para los empleados de hospitales, con reevaluación de turnos de noche y puentes el 14 de julio y el 15 de agosto, además de bonificaciones para los equipos de emergencias psiquiátricas, pediátricas y ginecológicas.
Ni rastro, en cambio, de la guardia individual de los médicos del pueblo, férreamente opuestos a este tipo de coacciones.
En una rara unión sagrada, una veintena de organizaciones de liberales y trabajadores hospitalarios defendieron a principios de esta semana “el principio de responsabilidad colectiva y concertada” para “organizar territorialmente (…) la permanencia de los cuidados”.
La “misión flash” tuvo una acogida muy favorable por parte del tempestuoso presidente del sindicato de la UFML, Jérôme Marty, quien saludó “propuestas que van en la buena dirección”, pero también lamentó “los piadosos deseos ante la falta de efectores” para cuidar la enfermo.
La asociación Médicos SOS, por su parte, lamentó en una nota de prensa que este informe “omite el papel de las visitas domiciliarias” y reclamó la misma bonificación de 15 euros para sus intervenciones.
“No es suficiente”, dijo también a la AFP el presidente de la Asociación de Enfermería, Patrick Chamboredon, quien quisiera que su profesión obtuviera “competencias ampliadas” para “gestionar una cadena de cuidados de rutina para desatascar emergencias”.
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