“Rusia está librando una guerra colonial en Ucrania bajo protección nuclear”
Director del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, el historiador Thomas Gomart, cuyo último libro guerras invisibles (Tallandier, “Texto Essais”, 352 p., 10,50 euros) analiza el nuevo acuerdo estratégico global y hace una primera valoración de las rupturas provocadas por la agresión rusa en Ucrania.
¿Qué ha cambiado ya este conflicto en el orden del mundo?
Esta guerra es una reacción del “Guerra Civil Europea” tomar prestado el titulo de un libroErnst Nolte (1923-2016). El historiador alemán estableció un “nodo de causa” entre la revolución bolchevique y el surgimiento del fascismo en Occidente. Olvidamos que la cuestión de Ucrania fue uno de los temas cruciales de la Primera Guerra Mundial en el Este. Y se ignoró hasta qué punto la victoria de la URSS sobre el nazismo se convirtió en la religión de Estado de Vladimir Putin. Durante casi veinte años, Rusia y Occidente han estado enzarzados en una confrontación cognitiva para imponer su modelo. En tres meses apareció una doble fractura abierta: entre Ucrania y Rusia, por un lado; entre Rusia y Occidente por el otro. Con el regreso de la guerra de alta intensidad, el continente europeo está perdiendo una de sus ventajas comparativas en la globalización, la estabilidad estratégica. En términos de cuestiones globales, esta guerra les parece anacrónica a quienes han rimado globalización y desmilitarización desde 1991, es decir, fundamentalmente europeos. No así para aquellos que ven el mundo a través del equilibrio del poder militar, a saber, los rusos, los chinos y los estadounidenses.
¿Es este un punto de inflexión estratégico?
Sin duda. Rusia está librando una guerra colonial bajo protección nuclear. la activación de “operación militar especial” estuvo acompañado de una retórica nuclear explícita. Vladimir Putin tomó medidas para subyugar a Ucrania e inhibir a los occidentales. El punto de inflexión estratégico es menos la agresión rusa, que solo prolonga la de 2014, que la capacidad de Ucrania para derrotarla. Es también la puesta en marcha de una postura agresiva de santificación gracias a la energía nuclear, que rompe con la cautela en este terreno observada por Moscú y Washington desde la crisis de los misiles cubanos en 1962. efectos económicos.
Económicamente, ¿esta guerra corre el riesgo de asestarle un nuevo golpe a una globalización ya paralizada por la pandemia?
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