Los abrigos y bufandas están de moda en Brasil, un país tropical que vive un período inusualmente frío en la quincena austral de mayo, peligroso para miles de personas sin hogar, pero también para los cultivos.
Con 1,4°C de mercurio, Brasilia (centro), la capital futurista fundada en 1960, registró este jueves la temperatura más fría de su historia, mientras que el invierno austral recién comienza oficialmente a fines de junio.
En la página principal del sitio web de la agencia meteorológica Inmet, un mapa de Brasil muestra toda la región sur medio naranja, con la leyenda: “Ola de frío (peligro)”.
En São Paulo (sureste), la mayor megalópolis de América Latina, el termómetro llegó este miércoles por la mañana a 6,6°C, récord para un mes de mayo desde 1990, con una sensación de -4°C.
Un vagabundo de 66 años murió el miércoles tras desplomarse mientras esperaba en la fila en un centro de distribución de alimentos. Según medios brasileños, pasó la noche en la calle.
La Ciudad de São Paulo anunció a principios de esta semana la apertura de 2.000 plazas adicionales en alojamiento de emergencia, elevando la capacidad total a alrededor de 17.000.
Pero la capital económica de Brasil tiene casi 32.000 personas sin hogar, el doble que en 2015 y un 31% más que hace tres años, antes de la pandemia del coronavirus.
Con una temperatura mínima de alrededor de 12°C el jueves en Río de Janeiro (sureste), aún estamos lejos de ver una invasión de pingüinos en la playa de Copacabana, pero muchos cariocas llevaron abrigos gruesos, incluso los anoraks.
En el sur del estado de Santa Catarina, que registra temperaturas inferiores a los 2°C desde hace varios días, la nieve alegraba a los turistas.
Según el diario Folha de S. Paulo, la pequeña ciudad de Urupema, que se autodenomina “la más fría de Brasil, pero llena de calor humano”, tiene una ocupación hotelera superior al 90%.
Este pueblo de 2500 habitantes ha recibido visitantes que a veces vienen de muy lejos, entre semana, para ver la nieve por primera vez.
Según Estael Sias, especialista de la agencia meteorológica Metsul, esta “ola de frío atípica para esta época del año” se debe al ciclón Yakecan, que afectó el sur de Brasil y Uruguay y “empujó masas de ‘aire polar’ más al norte, hacia el interior.
“Este ciclón es una anomalía, que ciertamente encaja en el marco de los eventos extremos vinculados al cambio climático”, especifica.
La agencia Inmet informó de “posibles consecuencias de la ola de frío en la agricultura brasileña”, en un país considerado uno de los graneros del mundo.
El comunicado de prensa de Inmet menciona en particular el riesgo de heladas que amenazan la horticultura comercial, pero también los cultivos de maíz o caña de azúcar.
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