La tasa de mortalidad infantil, un indicador clave de la salud de una población, ha repuntado con fuerza en Francia desde 2012, señaló este martes un estudio cuyos autores consideran “esencial” para comprender las causas de este aumento.
“Estuvimos mucho tiempo entre los mejores estudiantes, por lo que la tendencia cambió desde 2005 y retrocede de 2012 a 2019”, explica a la AFP Martin Chalumeau, pediatra y epidemiólogo, que supervisó este estudio, publicado en la revista The Lancet Regional Salud-Europa.
Investigadores del Inserm, la Universidad de París, AP-HP y el Hospital Universitario de Nantes, en colaboración con equipos de la Universidad de California, analizaron datos de estado civil del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) entre 2001 y 2019.
Sus resultados muestran que, durante el período de estudio, hubo 53.077 muertes de niños menores de un año entre los 14.622.096 nacidos vivos, es decir, una tasa de mortalidad infantil promedio de 3,63 por 1.000 (4,00 para niños, 3,25 para niñas).
Casi una cuarta parte de las muertes (24,4%) ocurrieron durante el primer día de vida y la mitad (47,8%) durante el período neonatal temprano, es decir, durante la primera semana después del nacimiento.
Sobre todo, si la tasa de mortalidad infantil se redujo drásticamente de 2001 a 2005, y más lentamente de 2005 a 2012, esta tasa se ha recuperado considerablemente.
Este incremento llevó la mortalidad infantil de 3,32 en 2012 a 3,56 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en 2019 (+7%).
“Si tuviéramos la tasa de mortalidad de Suecia o Finlandia, habría 1.200 muertes cada año de menos niños menores de un año”, compara Chalumeau.
De ahí la importancia, según él, de explorar en detalle las causas de este aumento: porque, por ahora, “no es una prioridad de salud pública a pesar de que las cifras son muy preocupantes”, lamenta.
Los autores del estudio se contentan con presentar algunas hipótesis para explicar este aumento. En particular, recuerdan que los principales factores de riesgo de muerte temprana están vinculados a la prematuridad y la presencia de anomalías congénitas, y que estos factores, a su vez, se ven afectados por la salud materna antes y durante el embarazo y por factores socioeconómicos.
Con respecto a la salud materna antes y durante el embarazo, las encuestas perinatales nacionales francesas revelaron que la edad materna, el índice de masa corporal y el tabaquismo durante el embarazo aumentaron constantemente durante el período de estudio, señalan.
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