El grupo francés Vallourec fue multado con 288 millones de reales (unos 45 millones de euros) por “daños ambientales”, tres días después del desbordamiento de una presa minera en Brasil, anunciaron este martes las autoridades locales.
El gobierno del estado de Minas Gerais (sureste) dijo en una nota que había “notificado a Vallourec sobre el daño ambiental causado por el desbordamiento de un dique de contención de sedimentos en la mina Pau Branco”, ubicada en Nova Lima, en el suburbio de Belo Horizonte.
Esta notificación también prevé “la suspensión de actividades (de la presa) hasta la presentación de los documentos que acrediten su estabilidad”.
El desbordamiento de la represa, ocurrido el sábado, en la mina de hierro, fue provocado por las fuertes lluvias caídas en la región de Minas Gerais en los últimos días.
Las toneladas de lodo que salieron del dique provocaron la interrupción del tráfico en la carretera BR-40, que conecta Belo Horizonte con Río de Janeiro, durante dos días.
En un comunicado enviado a la AFP, Vallourec “confirmó que recibió la notificación de la multa, que está siendo analizada por su equipo técnico”.
Según el gobierno de Minas Gerais, el fabricante francés de tuberías es un “infractor reincidente”: se le impuso otra multa en 2020, “por no cumplir con los plazos en el envío de documentos en diques”.
El lunes, Vallourec garantizó “no escatimar esfuerzos (…) para minimizar las perturbaciones provocadas” por el desbordamiento de la presa en esta mina donde se produce mineral de hierro desde la década de 1980.
Las fuertes lluvias en Minas Gerais provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra que mataron a 10 personas el domingo y el lunes, según funcionarios locales.
A todos los operadores de minas de la región se les ordenó este martes entregar datos detallados sobre la estabilidad de sus represas en un plazo de 24 horas y los pobladores de algunas localidades comenzaron a ser evacuados ante el riesgo de posibles rupturas.
A principios de 2019, el colapso de una represa minera en Brumadinho, otra ciudad de Minas Gerais, dejó 270 muertos y daños incalculables al medio ambiente.
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