El boleto de ciencia del fin de semana. ¡No soportamos que la gente se mueva a nuestro alrededor!
Hoy hablamos de un estudio que muestra que no podemos soportar que nos muevan. Un tercio de la población se vería afectada por este trastorno.
franceinfo: ¿Qué es este trastorno? Mathilde Fontez, editora en jefe de revista épsilon, ¿Qué es lo que causa?
Mathilde Fontez: Este trastorno tiene un nombre. El nombre de El es misocinética. En cierto modo, califica el odio a los movimientos. Es un fenómeno psicológico definido por una fuerte respuesta emocional negativa a la vista de movimientos repetitivos. Conoces ese pie que sigue colgando. Esa mano palmeante que nos causa un profundo disgusto, incluso ansiedad. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Pues bien, este fenómeno no se había estudiado realmente hasta entonces, y al darse cuenta de que comenzaban a formarse grupos de apoyo en Internet, un equipo de psicólogos canadienses decidió ahondar en el tema. Principalmente tratando de ver si la perturbación era tan frecuente como parecían sugerir los usuarios de Internet.
Y la respuesta es sí…
¡Definitivamente sí! Un tercio de nosotros seríamos ultrasensibles a tus pequeños gestos (también está el balanceo de la silla) hasta el punto de ser totalmente incapaces de ignorarlos. Los investigadores van aún más lejos. Su estudio muestra que este fenómeno no es binario: es progresivo. Lo que significa que realmente existe en todos, pero con más o menos intensidad. Y en el 30% de las personas, se convertiría en un trastorno poco saludable, difícil de soportar. Hasta el punto de disminuir el placer experimentado en situaciones sociales, o incluso impedirle trabajar …
Pero entonces, ¿de dónde viene esto?
Aún no hay una respuesta precisa. El estudio de este trastorno apenas comienza. Pero todavía hay el comienzo de una respuesta. Los investigadores han notado un detalle: la molestia, la ansiedad solo surgen cuando los humanos se mueven a nuestro alrededor. Los movimientos repetitivos de un objeto, por ejemplo, e incluso de un animal no provocan una reacción.
Esto sugiere que aquí intervienen “neuronas espejo”: neuronas que se activan cuando nos movemos. Por ejemplo, cuando vemos a alguien con dolor, son estas neuronas las que nos hacen compartir el dolor, tensar la cara, acelerar los latidos del corazón.
Podría ser el mismo fenómeno aquí: al ver al otro inconscientemente agitado, nos contaminaríamos con este movimiento, que estaría asociado a la ansiedad, y nos haría, a su vez, ansiosos. Básicamente, si no podemos apoyar a otros que se mueven a nuestro alrededor, ¡es por empatía!
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