“Les aseguro a todos nuestros conciudadanos que los gobernantes trabajarán duro para mantener las reglas islámicas y la ley Sharia en el país”, dijo.
El líder supremo talibán Hibatullah Akhundzada, cuyas intervenciones públicas son muy raras, instó el martes al nuevo gobierno afgano a respetar la ley Sharia, en su primer mensaje desde que los islamistas tomaron el poder hace más de tres semanas.
“Les aseguro a todos nuestros conciudadanos que los gobernantes trabajarán duro para mantener las reglas islámicas y la ley Sharia en el país”, dijo Hibatullah Akhundzada en un comunicado en inglés.
El líder talibán, que no ha aparecido en público durante mucho tiempo, agrega que el nuevo gobierno garantizará que se establezcan “paz duradera, prosperidad y desarrollo” en el país.
“Medidas fuertes y efectivas para la protección de los derechos humanos”
Insta a sus compatriotas a que no abandonen el país, asegurando que el régimen talibán “no tiene ningún problema con nadie”, mientras que más de 120.000 afganos se han exiliado en las últimas semanas por temor a los talibanes.
En su largo mensaje, también dijo que quiere “relaciones sólidas y saludables con los vecinos de Afganistán y todos los demás países”, y garantiza que su régimen tomará “medidas firmes y efectivas para proteger los derechos humanos”. Se espera con impaciencia a los talibanes sobre este tema, después de un primer reinado marcado por repetidas brutalidades contra las mujeres.
Destaca la importancia de la educación, “una de las necesidades primarias del país”, asegurando que su gobierno garantizará su desarrollo. Finalmente garantiza que “todos los diplomáticos, embajadas, consulados, organizaciones, cooperantes e inversores extranjeros no tendrán problemas” en el país.
Nombrado jefe de los talibanes en mayo de 2016, Hibatullah Akhundzada era hasta ahora desconocido para el público en general, más involucrado en asuntos judiciales y religiosos que en maniobras militares. Transmite solo algunos mensajes anuales durante las vacaciones islámicas. Tras haber guardado silencio durante mucho tiempo sobre su paradero, su movimiento indicó a finales de agosto que había vivido “desde el principio” en Kandahar (una ciudad del sur del país) y que aparecería “pronto en público”.
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