Joe Biden defiende la perforación petrolera gigante en Alaska
En la inmensidad de la estepa de Alaska, a orillas del Océano Ártico, hay que distinguir el este y el oeste. En el este, descubrimos la extraordinaria región del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, un santuario natural tan grande como el séptimo en Francia, donde Donald Trump intentó otorgar licencias de perforación petrolera en los últimos días de su mandato. Joe Biden los suspendió cuando asumió el cargo.
Al oeste, hay otra región excepcional, un poco más grande, también perteneciente al estado federal estadounidense e igualmente inaccesible, pero con un nombre menos agradable: la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska. Este fue establecido en 1923 por el presidente Harding, para eventualmente suministrar combustible a la Armada, que abandonó el carbón en favor del fueloil.
Y en este terreno, Joe Biden, que dice haber hecho del combate al calentamiento global uno de sus grandes objetivos, es mucho menos cuidadoso: el gobierno del presidente demócrata defendió, el miércoles 26 de mayo, las licencias de funcionamiento otorgadas por su antecesor en octubre de 2020 en la compañía petrolera ConocoPhillips (la perforación exploratoria tuvo lugar bajo Barack Obama en 2016, los descubrimientos se anunciaron en 2017).
Varios grupos ambientalistas e indígenas acusan a las autoridades federales de no evaluar adecuadamente el impacto del proyecto en la flora y fauna, incluida la migración del hábitat del caribú y oso polar, así como el calentamiento global. Culpan al proyecto de amenazar la caza y la pesca de subsistencia de los inuit. Pero en un memorando de 61 páginas presentado el 26 de mayo, el gobierno de Biden está trabajando para refutar sus argumentos. O New York Times se mueve, en un largo artículo que señala que “Los cambios de Biden en los combustibles fósiles chocan con sus compromisos con el cambio climático”.
Argumentos políticos y económicos
De hecho, esta autorización, otorgada en octubre de 2020, justo antes de las elecciones presidenciales, pasó desapercibida en la prensa, la politización del debate sobre, sobre todo, el refugio de vida silvestre del Ártico.
La llegada de Joe Biden al poder y el nombramiento de Deb Haaland para el puesto decisivo de Ministro del Interior, a cargo de la supervisión de las tierras federales, amenazó el proyecto: este pueblo indígena originario de Nuevo México se opuso al proyecto de ConocoPhillips llamado Willow, en 2020 cuando era parlamentaria.
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