“Mano de obra”, primo lejano sudamericano de “Parasita”
Mano de obra **
por David Zonana
Cine mexicano, 1h 23
En las películas de cineastas latinoamericanos se puede lograr una mirada europea por la falta de atención que generalmente se le da a la presencia de sirvientes y trabajadores, muchas veces de origen nativo americano, que aparecen como sombras en la escena, sin elevarse a la categoría de asignaturas. Negaciones como Granada de Alfonso Cuarón, quien informa sobre la vida de una familia mexicana de clase media, mientras se enfoca en su pequeño equipo. Es esta fuerza laboral (mano de obra) muda que está en el centro de la película de David Zonana.
Los trabajadores están ocupados en una ubicación muy avanzada, donde están terminando una villa de lujo. Todo parece perfectamente organizado y todos trabajan casi en silencio. De repente, te caes desde una altura. Es Claudio, que no se levanta. En su funeral, solo lamenta que su hermano Francisco y su esposa Lupe estén a punto de dar a luz, su única familia.
Un empleado del mismo jefe, Francisco le pide una compensación para su cuñada y el feto. Pero el dueño del lugar explica que una prueba demostró que Cláudio se cayó porque estaba borracho. Un alegato que conmociona a Francisco: su hermano no bebía. Pasan las semanas sin que él pueda obtener reparación. Mediante subterfugios, poco a poco se apodera de la casa para compartirla con quienes la construyeron.
Una extrañeza seductora
« Es impactante cómo algunos tienen tan poco y otros tanto, explica David Zonana. Partí de un microcosmos, una casa, para abordar este enfrentamiento. El cineasta pasó mucho tiempo en obras de construcción con los trabajadores para discutir con ellos sus condiciones de vida y de trabajo. También los invitó a interpretar papeles cercanos a su vida cotidiana, de ahí una gran precisión de tono. Solo Luis Alberti, que interpreta a Francisco, es actor profesional.
Con sus planes generales y su fuera de cámara para determinadas acciones, David Zonana impone rápidamente una extrañeza seductora. Sin efectos fuertes, logra transmitir la dimensión dramática de las situaciones, así como su estado de ánimo. A pesar de un final algo confuso, su audaz y desprovista de escritura maniquea, un lejano primo sudamericano de Parásito de Bong Joon-ho, da en el blanco.
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