el meteorito que favoreció los bosques tropicales
Más de 2.500 kilómetros separan Chicxulub, México, de Colombia. Y, sin embargo, es teniendo en cuenta uno que los paleontólogos y biólogos han entendido mejor al otro. Hace sesenta y seis millones de años, el gigantesco impacto de un meteorito en el Golfo de México en Chicxulub eliminó a los dinosaurios y a casi la mitad de la flora sudamericana. Un fenómeno que, combinado con importantes erupciones volcánicas en el nivel de Deccan en la India, causó la masa extinción entre el Cretácico y el Paleógeno.
Pero esta caída de meteorito también habría permitido el surgimiento de densos y frondosos bosques tropicales que se extendieron desde el sur de Colombia para cubrir el continente, formando la Amazonía, un estudio publicado en Ciencia A principios de abril.
Estudio de 50.000 fósiles de plantas y polen
Expertos e investigadores colombianos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, un centro científico líder en los Estados Unidos, estudiaron más de 50.000 fósiles de plantas y polen fechados antes y después del impacto. Antes de que cayera el meteorito y su cráter de 180 km de diámetro, los bosques sudamericanos estaban compuestos principalmente por coníferas y helechos, describe el artículo. La vegetación también estaba más espaciada, lejos del dosel enredado que conocemos hoy.
Tras la extinción masiva, los pinos no volvieron y dieron paso a flores, plantas herbáceas y árboles de hoja caduca. Los científicos están presentando tres formas de explicar este cambio en las especies. Ya es posible que la desaparición de los dinosaurios que vagaban por los bosques favoreciera el surgimiento y desarrollo de plantas que hasta entonces eran menos resistentes. Las cenizas y los cambios químicos en la atmósfera causados por la caída del meteorito también pueden haber enriquecido el suelo y permitido el rápido crecimiento de plantas florales y herbáceas.
Según las estimaciones del estudio, pasaron unos 10 millones de años después del impacto de Chicxulub para que las selvas tropicales de América del Sur adquirieran la diversidad y densidad que las conocemos hoy. Para Mónica Carvalho, coautora del artículo y paleobotánica de la Universidad de Rosario, en Colombia, debemos ser conscientes de que “Ante graves perturbaciones, los ecosistemas tropicales no se recuperan, se reemplazan por completo y esto lleva tiempo”.
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